La adolescencia es una etapa de profunda transformación física, emocional y social. Sin embargo, en los últimos años, este periodo de desarrollo se ha visto atravesado por un fenómeno sin precedentes: el acceso continuo y casi ilimitado a redes sociales y tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA). Aunque estas herramientas ofrecen oportunidades para la conexión y la expresión, también han encendido alarmas en la comunidad científica por su posible influencia negativa sobre la salud mental de los jóvenes, en particular sobre el riesgo de suicidio. Este artículo explora, con base en la evidencia más reciente, los principales impactos de estas tecnologías y la importancia del ejercicio físico como estrategia preventiva y terapéutica.

TikTok y el fenómeno de las redes sociales

TikTok se ha convertido en una de las plataformas más populares entre los adolescentes, con un uso reportado “casi constante” por el 17 % de los jóvenes entre 13 y 17 años. Su formato visual, algorítmico y altamente personalizado lo diferencia de otras redes, generando una experiencia inmersiva que puede producir lo que se ha denominado flow experience, un estado de concentración intensa que favorece el uso compulsivo.

Un metaanálisis reciente publicado en European Child & Adolescent Psychiatry evidenció que el uso de TikTok está asociado con efectos adversos como disminución en la satisfacción vital, aumento de síntomas depresivos, problemas de imagen corporal y difusión de comportamientos relacionados con trastornos mentales. Particular preocupación genera la exposición a contenidos sobre tics funcionales, autodiagnósticos psiquiátricos o conductas de autolesión, con un riesgo real de contagio social de síntomas entre adolescentes vulnerables.

Además, la interacción pasiva con la plataforma (ver videos sin participar activamente) se ha asociado con un mayor malestar psicológico, mientras que el uso activo (crear contenido) puede tener efectos más complejos, dependiendo de la motivación subyacente y del tipo de gratificación buscada.

Inteligencia artificial: nuevos riesgos, nuevas preguntas

Más allá de las redes sociales tradicionales, la irrupción de la inteligencia artificial generativa ha abierto un nuevo capítulo en la relación entre adolescentes y tecnología. Herramientas como Replika, Character.AI o SpicyChat permiten a los jóvenes mantener conversaciones emocionales, románticas o incluso sexuales con chatbots programados para simular vínculos humanos.

Un reportaje reciente de The Washington Post alertó sobre cómo adolescentes están utilizando estas plataformas no solo para explorar su identidad o aliviar la soledad, sino también para sostener interacciones que pueden normalizar dinámicas de poder poco saludables o expectativas irreales sobre el afecto y la intimidad. Aunque algunos expertos reconocen un potencial terapéutico en estos espacios para ciertos adolescentes, el consenso es claro: los bots no reemplazan la complejidad ni las funciones reguladoras de los vínculos humanos reales, y su uso sin supervisión puede agravar síntomas preexistentes o favorecer el aislamiento.

Redes sociales y salud mental adolescente

El impacto global de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes ha sido ampliamente documentado. Un informe del Pew Research Center (2025) reveló que el 48% de los adolescentes considera que las redes tienen un efecto mayoritariamente negativo en sus pares, frente al 32 % que opinaba lo mismo en 2022. Si bien también reconocen beneficios, como la conexión social o la expresión creativa, muchos adolescentes reportan pasar “demasiado tiempo” en estas plataformas y hacen esfuerzos conscientes por reducir su uso.

Un estudio longitudinal publicado en JAMA Network Open (2025), que siguió a más de 11.000 niños entre los 9 y 13 años, encontró que los incrementos personales en el uso de redes sociales se asociaron con un aumento significativo en los síntomas depresivos un año después, incluso después de ajustar por factores demográficos. Estos hallazgos respaldan la importancia de ofrecer orientación anticipada a padres y educadores sobre el uso saludable de estas herramientas desde etapas tempranas de la adolescencia.

Suicidio adolescente: una emergencia de salud pública

Entre 2007 y 2021, el número de adolescentes que reportaron ideación suicida, planificación o intentos de suicidio aumentó significativamente, según un análisis de la Youth Risk Behavior Survey publicado en el American Journal of Psychiatry. Este incremento fue particularmente notable en chicas adolescentes, estudiantes blancos y afroamericanos, y usuarios de cannabis o cigarrillos. Lo más preocupante: muchos de estos jóvenes no presentaban factores de riesgo conductuales evidentes, lo que subraya la necesidad de implementar estrategias de detección universal.

De hecho, estudios del Nationwide Children’s Hospital destacan que el 40 % de los jóvenes que murieron por suicidio habían consultado a un médico en el mes previo a su fallecimiento, pero no revelaron sus pensamientos suicidas. En Ecuador, el suicidio fue la principal causa de muerte en adolescentes de 10 a 14 años y la tercera en el grupo de 15 a 19 años, según datos del INEC de 2023. Por ello, herramientas como el ASQ (Ask Suicide-Screening Questions) o el CASSY (Computerized Adaptive Screen for Suicidal Youth) han demostrado ser efectivas para identificar a tiempo el riesgo, especialmente cuando se integran en rutas clínicas claras que incluyen planificación de seguridad, restricción de medios letales y contactos de seguimiento.

Ejercicio físico: una intervención efectiva y accesible

Frente a esta compleja realidad, el ejercicio físico ha emergido como una intervención preventiva y terapéutica prometedora. Una revisión sistemática y metaanálisis reciente, liderada por investigadores de la Universidad de Ottawa y publicada en el Journal of Affective Disorders, encontró que si bien el ejercicio no reduce significativamente la ideación suicida, sí disminuye los intentos de suicidio en comparación con grupos control inactivos. Esto sugiere que la práctica regular de actividad física puede tener un efecto protector real sobre las conductas suicidas, incluso en personas con enfermedades mentales o físicas.

A diferencia de otros tratamientos, el ejercicio aporta beneficios multisistémicos, mejora síntomas depresivos, aumenta factores neurotróficos (como el BDNF) y promueve cambios neuroplásticos positivos en el cerebro. Además, estudios han mostrado que su eficacia puede ser comparable a la psicoterapia o los antidepresivos en casos leves a moderados, con la ventaja adicional de mejorar la salud física y la autopercepción corporal.

Conclusión

Las redes sociales y las tecnologías emergentes han transformado radicalmente la vida de los adolescentes. Aunque ofrecen espacios de conexión y creatividad, también plantean riesgos reales para la salud mental, el bienestar emocional y la seguridad de los jóvenes, especialmente cuando se usan sin supervisión o en exceso. A esto se suman factores como la invisibilidad del sufrimiento psíquico, la normalización de ciertos síntomas en redes, y el acceso temprano a contenidos inadecuados o relaciones virtuales disfuncionales.

Ante este escenario, resulta urgente implementar estrategias preventivas integrales que incluyan educación digital, detección temprana de riesgo suicida, acompañamiento adulto informado, y promoción de hábitos saludables como el ejercicio físico. La adolescencia no debería ser un territorio de soledad silenciosa en un océano de pantallas, sino un espacio cuidado, donde la tecnología sea aliada, y no amenaza, del bienestar.

Escrito por:

Dr. Andrés Román Jarrín. Médico especialista en Psiquiatría de Adultos. Subespecialista en Psiquiatría Infantil y Adolescente.

Referencias

  • Otmar, C. D., Shim, J., Balasubramanian, P., Cheng, C. M., Li, E. J., Al-Shoaibi, A. A. A., Shao, I. Y., Ganson, K. T., Testa, A., Kiss, O., He, J., Baker, F. C., & Nagata, J. M. (2025). Social media use and depressive symptoms during early adolescence. Doximity.
  • Kelly, H. (2025, May 21). Teens are sexting with AI. Here’s what parents should know. The Washington Post.
  • Bommersbach, T. J., Olfson, M., & Rhee, T. G. (2025). National trends in suicidal thoughts and suicide attempts among high school students in the United States. American Journal of Psychiatry.
  • Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). (2024). Registro Estadístico de Defunciones Generales de 2023.
  • Storm, M. (2025, May 1). Enhancing pediatric suicide risk detection: Effective screening, pathways and care. Pediatrics Nationwide.
  • Fabiano, N., Gupta, A., Fiedorowicz, J. G., Firth, J., Stubbs, B., Vancampfort, D., Schuch, F. B., Carr, L. J., & Solmi, M. (2023). The effect of exercise on suicidal ideation and behaviors: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Journal of Affective Disorders, 320, 1–10.