“Oye, ¡te fuiste a Júpiter?”, me decía esa vocecita de 5 años en horas de desayuno dominical, mientras veía la edición pasada de La Revista. Sigo apareciendo en mi editorial con el traje del astronauta de , equiparando mi trabajo comunicacional actual con un viaje a las estrellas. Los nietos (hay una más, de 4 años) no entienden mis enfoques, pero lo que para ellos sí está clarísimo es lo que ven en esos iPads a los que ahora deben conectarse para su aprendizaje escolar. De eso se tratan algunas páginas de esta edición (pág. 22): que alteró las vidas del mundo, en todas las edades.