Iniciamos un nuevo año y con este se renueva la ilusión de convertirlo en un periodo de oportunidades, alternativas, progreso y felicidad. Aunque, siendo sinceros, en esta ocasión también lo acompaña la sensación de prisa por abandonar 2020. Pero más allá de lo complejo del año que acaba, este sin duda nos llevó a buscar la mejor versión de cada uno, pues la dificultad muchas veces sirvió para evidenciar capacidades que no pensábamos tener.

Pero dejemos atrás el 2020, la pregunta ahora es ¿qué debemos hacer en 2021? Con muchos aspectos que aún no tienen una clara solución, este todavía será un año de incertidumbre. Por eso, si queremos convertirlo en un año de oportunidades, debemos prepararnos para concretarlas estructurándonos interior y exteriormente. Para eso, como personas y líderes, debemos considerar el fortalecimiento en estos tres ámbitos:

  • El primer ámbito es el biológico, es decir, la dimensión corporal. En estos tiempos de pandemia este ámbito nos lleva a pensar en la salud. Aparte de ser responsables con uno mismo, nuestro proceder debe ayudar a cuidar a las personas más cercanas, ya sea evitándoles la exposición, o brindando soporte a quienes estén padeciendo la enfermedad.
  • El segundo ámbito es el psicológico. Frente a lo inesperado, la mejor forma de asumir retos es estar preparados, por lo que la formación aún en temas ajenos al giro del negocio será importante para ganar la flexibilidad necesaria en los retos. Además, debemos desarrollar una mentalidad abierta frente a lo inesperado. Si algo no salió de acuerdo con lo planificado no significa que estuvo mal, simplemente son hallazgos inesperados que podrían implicar oportunidades si los exploramos adecuadamente en lugar de desecharlos. En este entorno que cambia rápidamente no están escritas las soluciones definitivas, así que siempre existirá la posibilidad de encontrar mejoras.
  • El tercer ámbito es el espiritual, que implica fortalecer nuestra vida interior. Es absolutamente necesario que nos enfoquemos en cultivar valores como la perseverancia -hypomoné- o resiliencia, que conlleva soportar con firmeza las adversidades en la vida sabiendo que todo tiene un sentido superior. Y, ante todo, debemos buscar el encuentro personal con Dios, quien no solo nos fortalece, sino que, siendo el primer gran innovador, iluminará el camino de nuestros proyectos aun en las condiciones más adversas.

Que este año que se inicia nos permita concretar las oportunidades, conquistar nuevos desafíos, y así potenciar el bienestar de nuestras comunidades. ¡Que tengan un muy feliz año nuevo! (O)