Durante diciembre, no solo los adultos pueden estar tentados a comer más, los niños también pueden sufrir un desbalance en su alimentación en este mes, cuando los dulces y bocaditos abundan.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la ingesta de grasas y carbohidratos pueden causar efectos en la nutrición de los niños, por eso es importante mantener una alimentación equilibrada durante las festividades.

“Lo principal es entender que no se trata de prohibir, sino de enseñar a los niños a comer de manera consciente, combinando alimentos nutritivos y llamativos; y, llegando a acuerdos junto a ellos”, señala Adriana Brito, nutricionista de Vita, marca de Pasteurizadora Quito.

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¿Cuáles son los efectos de una alimentación desequilibrada en esta época?

En esta época, por diversas razones, podemos comes más que en otros meses del año y hay que tener en cuenta que esto genera consecuencias negativas en nuestra salud como las que se indican a continuación:

  • Problemas gástricos como reflujo, estreñimiento o diarrea.
  • Reacciones alérgicas, existentes o nuevas, debido al desequilibrio nutricional y exceso de alimentos poco saludables.
  • Problemas de sueño como insomnio o ansiedad, frecuentemente ocasionados por el consumo de alimentos ricos en grasa y azúcares simples.

¿Cómo equilibrar la nutrición de los niños en las festividades?

La especialista señala que existen recomendaciones que podemos tomar en cuenta para mantener el balance de la alimentación de los más pequeños de casa en esta época.

Estos son algunos de los consejos a seguir:

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- Privilegiar alimentos completos en nutrición: Es importante que contengan proteína de alto valor biológico, como la leche; carbohidratos complejos y grasas vegetales. Lo más recomendable es planificar las comidas para distribuir los nutrientes necesarios a lo largo del día. Se puede combinar entre comidas alimentos básicos como yogur, avena o quesos.

Es importa destacar que la avena es una gran fuente de fibra, lo cual ayuda a la digestión y a reducir el colesterol. Una opción ideal es la avena de maracuyá y naranjilla con pulpa de fruta natural de Vita o su avena de leche con canela. No contienen saborizantes ni colorantes artificiales.

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- Privilegiar el consumo de lácteos y frutas: Estos grupos de alimentos son ideales para sustituir a los que son altos en azúcares, además son los adecuados para ofrecer un refrigerio saludable. Por ejemplo, a mitad del día se puede ingerir un vaso de leche de sabores acompañado de una rodaja de queso y una fruta.

Con este sistema, el niño estará saciado, comerá en porciones adecuadas y su hora de comer será divertida y variada. Incluso pueden optar por batidos de frutas como banano y avena con la misma leche, su sabor será muy bien aceptado por los más pequeños del hogar.

- No saltarse o modificar los horarios de comida: Se deben respetar las 3 comidas principales y los respectivos refrigerios durante esta época. Esto permite mantener el ritmo de alimentación de todo el año.

Durante la cena navideña, lo más recomendable es planificar una actividad representativa a la media noche y evitar comidas copiosas. Es importante que el menú siempre contenga proteína, lácteos, hidratos de carbono en forma racionada, vegetales y grasas del mismo origen. Se puede dar paso a un postre pequeño, sin carga excesiva de azúcar.

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- Realizar actividad física diaria: Este es un buen método para mantener el equilibrio en esta época, ya que ayuda a gastar las calorías consumidas. Para ello se pueden organizar juegos en familia que impliquen movimientos y actividades físicas.

- La hidratación es clave: Es importante controlar o evitar, si es posible, el consumo de gaseosas o bebidas con colorantes. Lo más saludable es sustituirlas por opciones nutritivas y refrescantes como el néctar o la avena.

¿Qué errores cometemos al alimentarnos en estas fechas?

  • Llevar una alimentación sin planificación, integrada por azúcares refinados y dulces en exceso. Si bien, son muy apetecidos por los más pequeños y son los que más se regalan en la época, estos representan un gran problema.
  • Comer fuera del horario normal. Por lo general las cenas son a medianoche y esto provoca un desorden en la alimentación del niño y estrés.
  • Dejar de lado los alimentos saludables. Generalmente, las alacenas y refrigeradores se llenan de golosinas y comida poco saludables.
  • Cenas y comidas copiosas en horarios nocturnos. A esto se suma que los festines están compuestos, en mayor cantidad, por frituras, dulces y carne en exceso. Este es un error, ya que los niños llevan un régimen diferente al de los adultos.
  • Excesivo consumo de panes y productos de pastelería. Estos son uno de los productos más apetecidos en las fechas, sin embargo, contienen altos niveles de azúcar y calorías. (I)