Cada persona va al baño un número un distinto número de veces y, según los expertos, la frecuencia con la que acudimos puede alertarnos sobre si estamos sanos o no.

“Tanto ir al baño tres veces al día como tres veces por semana entra dentro de lo normal. Existe estreñimiento cuando las deposiciones se hacen con una frecuencia menor a las tres veces semanales, algo que afecta más a las mujeres que a los hombres”, asegura al sitio web CuídatePlus Ángela Quintas, licenciada en Ciencias Químicas, máster en Dietética y Nutrición Humana, y autora del libro titulado El secreto de la buena digestión.

Aunque hay quienes recurren a los laxantes para resolver sus inconvenientes con el estreñimiento, esto puede generar consecuencias negativas como una mala absorción de nutrientes fundamentales como las vitaminas liposolubles, el hierro o el calcio.

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La clave para mejorar nuestra digestión puede encontrarse en la alimentación, incluyendo más fibra a nuestra dieta. También es importante realizar ejercicio y beber mucha agua.

“Lo primero que hay que hacer es revisar nuestra alimentación para ver si el aporte de fibra (de frutas, verduras y cereales integrales) y líquidos es el suficiente”, señala Quintas. El promedio de consumo de fibra en el mundo occidental no supera los 10 o 15 gramos por día. Incrementarlo hasta llegar a 30 gramos (gradualmente para prevenir la formación de gases) aumenta el volumen de las deposiciones y disminuye el tiempo que permanecen en el colon.

Entre los trucos que los especialistas recomiendan están el colocar un pequeño banco debajo de los pies e inclinar ligeramente el cuerpo hacia delante. Poner los pies en alto por la mañana mientras se desayuna también puede funcionar.

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Afecta más a las mujeres que a los hombres

El estreñimiento es un mal que por lo general causa mayor malestar a mujeres que hombres. La experta apunta que la razón de esto puede estar en el ciclo menstrual.

Mientras se desarrolla la menstruación y la ovulación, las hormonas se revolucionan y, algunas veces, provocan que las mujeres se estriñan. No obstante, hay mujeres en las que pasa lo contrario, en este período tienen deposiciones más frecuentes y de consistencia mucho más blanda, debido a que la disminución de estrógenos da lugar a una retención de líquidos en el colon.

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Quintas afirma que a nuestras heces “todos deberíamos mirarlas sin pudor porque nos dan información sobre nuestro estado de salud. Hay muchos casos de cáncer de colon que se diagnostican en un primer estadio porque los pacientes empiezan a ver sangre en sus heces”.

La importancia del equilibrio de la microbiota instestinal

La ruptura del equilibrio entre las bacterias beneficiosas y las perjudiciales puede generar la aparición de una larga lista de patologías digestivas: enfermedades como diarrea, estreñimiento, meteorismo o hinchazón abdominal, síndrome del intestino irritable, sobrecrecimiento bacteriano o SIBO, colon irritable, alergias e intolerancias alimentarias, diabetes tipo 2, obesidad, sobrecrecimiento de Candida albicans, Helicobacter pylori, entre otras.

“Dentro de nuestro aparato digestivo (desde la boca hasta el ano) tenemos microorganismos beneficiosos y otros perjudiciales. Si permanecen en equilibrio, se dice que el intestino está en eubiosis. Cuando ese equilibrio se rompe, hablamos de disbiosis intestinal y tiene consecuencias”, asegura la experta.

Quintas se refiere también al crecimiento excesivo de hongos en el aparato digestivo y apunta que “la cándida estomacal es más difícil de diagnosticar que las cándidas vaginales y bucales. Los pacientes suelen ser mujeres que tienen muchas ganas de comer dulce de manera descontrolada a lo largo de todo el día, sufren dolores en las articulaciones y les molestan mucho los olores fuertes. Los picores en el ano pueden ser otro síntoma de candidiasis en el estómago”.

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La experta indica que una solución a este problema es dejar de dar de comer a esa cándida, prescindiendo de todos los dulces y optando por una dieta baja en azúcares e hidratos de carbono simples y levaduras. Además, conviene utilizar algunas cepas probióticas y prebióticas para reparar la microbiota. (I)