El aceite de oliva extra virgen (AOVE) también es llamado 'oro líquido' por los múltiples beneficios que aporta a nuestro organismo. Este superalimento, que es base de la dieta mediterránea, proviene en su mayoría de España, otro poco sale desde Grecia e Italia y solo un 3 % de la producción mundial se produce fuera del Mediterráneo.

Por sus propiedades, el AOVE contribuye a la prevención de diversas enfermedades, señala una publicación de El Español. Posee bondades antibacterianas que, entre otros beneficiosos, son eficaces contra ocho cepas de la bacteria Helicobacter pylori, que puede causar úlceras y cáncer de estómago.

Actúa como un protector contra el exceso de ácidos, mejorando la salud del aparato digestivo en general y favoreciendo una mejor absorción de calcio y magnesio.

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"Está demostrada su eficacia para reducir el dolor en articulaciones y la hinchazón de la artritis reumatoiode, y su contenido en agentes antienvejecimiento contribuyen a luchar contra la osteoporosis y los daños de la piel. Además, contra todo pronóstico, ayuda a adelgazar", se indica en El Español.

Otro de los beneficios es que ayuda a reducir el daño oxidativo causado por los radicales libres, considerados unos de los principales responsables del cáncer.

La Fundación Española del Corazón recomienda un consumo diario de tres a seis raciones de aceite de oliva virgen extra, debido a que también ayuda a prevenir las enfermedades cardíacas al reducir la inflamación, reforzar el revestimiento de los vasos sanguíneos y prevenir la coagulación no deseada. Además, nos ayuda a protegernos del colesterol malo o LDL.

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Valor nutricional del AOVE

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el valor nutricional del aceite de oliva virgen extra por 100 gramos es el siguiente:

Calorías: 899 kcal

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Hidratos de carbono: 0 g

Fibras: 0 g

Grasas totales: 99,9 g

Colesterol: 0 g

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Hierro: 0,4 mg

Fósforo: 1 mg

Vitamina E: 5,1 mg

¿Cuál es el mejor AOVE?

En el mercado podemos encontrar diferentes presentaciones, por lo que es importante identificar a cada uno y no llevarnos decepciones. El AOVE conserva intactas sus características y propiedades al ser zumo puro de aceituna sin adictivos, mientras que el aceite de oliva virgen (sin ser extra) sigue siendo jugo de oliva pero presentando algún defecto sensorial y el aceite de oliva (sin apellidos) mezcla aceite refinado con una acidez superior al 2% con virgen. (I)