En el año 23 del reinado de Zhao, Lao Tsu se dio cuenta de que la guerra terminaría por destruir el lugar donde vivía. Como había pasado años meditando sobre la esencia de la vida tenía pleno conocimiento de que en ciertos momentos es necesario ser práctico. Y resolvió tomar la decisión más sencilla: mudarse. Recogió sus escasas pertenencias y salió en dirección a Han Keou. A la salida de la ciudad encontró a un guardia.