Normalmente no soy partidario de la comida a domicilio, aprecio mucho la presentación y disposición de cada uno de los elementos que hacen un plato, lo que no es posible lograr en un envase, además la temperatura de la preparación es una al salir de la cocina y otra muy distinta cuando finalmente el pedido llega a casa y recalentar la comida en muchos casos cambia el estado original de la receta.

La situación de emergencia sanitaria por la que atraviesa el mundo nos obliga a replantearnos las cosas, buscar alternativas y hasta flexibilizar los gustos. Las primeras semanas que obligado tocó quedarse en casa, me metí a la cocina y preparé algunas de las recetas que aprendí de mi madre, pero hay ciertos platos típicos que se extrañan y son de difícil elaboración, así que no me quedó otra cosa que hacer un pedido a domicilio.

La Cevichería Guayaca fue mi primera opción, ellos nunca dejaron de entregar a domicilio, aunque con algunas restricciones de horario, siguen atendiendo sin parar y con todos los platos de su menú. Mi antojo fue por una cazuela de mariscos que aquí la llaman especial y viene con una salsa jugosa de camarón, pulpo y calamar.

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La situación de emergencia sanitaria por la que atraviesa el mundo nos obliga a replantearnos las cosas, buscar alternativas y hasta flexibilizar los gustos. Las primeras semanas que obligado tocó quedarse en casa, me metí a la cocina y preparé algunas de las recetas que aprendí de mi madre".

Sabía que no era un plato fácil de empacar y no esperaba la típica vasija redonda de barro en la que se sirve comúnmente esta delicia. En este caso usaron papel aluminio, en el que pusieron la base de plátano verde con pescado y encima la salsa de mariscos. Aunque la presentación no fue muy apetitosa, el sabor fue fantástico y no les recomiendo pasarla a un plato porque se mezclará todo.

También ordené un ceviche perucho de pulpo que vino en un envase descartable con tapa perfectamente sellada para que no se pierdan los jugos. La textura del marisco, los ingredientes y el sabor en general perfecto, igual como si lo estuviera comiendo en el restaurante. El único detalle es que al igual que hicieron con las salsas de ají, maní y los chifles, debieron enviar el maíz tostado aparte no junto con el ceviche, porque se humedeció y se perdió el crocante que debe tener. El valor total por la comida y el envío fue $29,51

Otra muy buena experiencia que tuve en estos días fue con Corleone, una pizzería artesanal que cocina sus productos en horno de leña. Su radio de cobertura para las entregas en el norte de la ciudad es superamplio, llegan desde Durán hasta Miraflores. Su horario es solo hasta 17:30, pero me ofrecieron la opción de que yo termine de cocinar la pizza en casa, así la podía comer a la hora que quisiera.

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Son pizzas de 8 porciones, ideales para dos personas, pedí una con la mitad de prosciuto y rúcula y la otra de pomodoro, mozzarella, champiñones, peperoni, rúcula y aceite de trufa. De acuerdo con las instrucciones, la puse en el horno precalentado 10 minutos antes de la hora que iba a comer. Luego, una vez totalmente cocinada y con el queso derretido, coloqué la rúcula y el aceite de trufa que llegaron aparte. Fue una muy rica experiencia, que por $17,50 incluido el envío definitivamente repetiré.

Les recomiendo que revisen las cuentas de Instagram de sus restaurantes favoritos, son muchos los que al principio no tenían y ahora están implementando el servicio a domicilio. Es importante apoyar los negocios de comida para que se mantengan y no perdamos el buen momento gastronómico por el que Guayaquil estaba pasando hasta la llegada de esta pandemia. (O)