En estos momentos de aislamiento y zozobra individual y colectiva, a causa de la pandemia del coronavirus, la práctica de la meditación puede volverse imprescindible para aquietar nuestra mente.

¿Pero, qué es la meditación y cómo nos puede ayudar? Esta práctica milenaria consiste básicamente en la autoindagación. Es nuestra capacidad como seres humanos de observar nuestro interior y la forma en la que concebimos lo que sucede a nuestro alrededor.

Hay muchos tipos de meditación, respecto a las distintas religiones o filosofías, por ejemplo, de atención plena o mindfulness, ffcon seguimiento a la respiración, de escaneo corporal, de mantras o sonido primoridial, de concentración en un punto, vippasana (de análisis e indagación), etc.

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Se pueden hacer mudras (gestos hechos con las manos) al meditar. El de la imagen es el del conocimiento.

El objetivo de esta exploración personal es lograr una mayor libertad mental.

Según el budismo, la meditación sirve para encontrar el bienestar interno natural o esencial. Al ser conscientes de ello, podemos ver lo que pasa desde una perspectiva más clara. Nos cuidamos más, nos queremos más, tenemos un mejor rendimiento en nuestras vidas y mejores relaciones interpersonales, entre otros beneficios.

Otros beneficios son:

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  • Relajar tensiones musculares
  • Facilitar el sueño
  • Mejorar la concentración
  • Reducir la ansiedad

¿Cómo comenzar a meditar?

Más allá de la meditación que elijamos, hay puntos básicos para tener en cuenta.

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1. Encuentre un lugar tranquilo para relajarse. El sitio debe ser silencioso, alejado de lugares con mucha gente, como la sala o el comedor; puede optar por el patio, el jardín o una habitación. Si es posible, medite en un lugar de tonos claros y que sea limpio visualmente, sin mucha decoración, cajas, adornos o muebles.

2. Aleje las tecnologías. Estar tranquilo incluye alejarse de la tecnología. Apague el celular, la computadora, o cualquier aparato que pueda distraerte. Si usa el smartphone para poner música de meditación, desactive las notificaciones de todas las demás aplicaciones o bájese la música al teléfono y ponga el celular en modo avión.

3. Use ropa cómoda. Elija ropa holgada, que no le apriete y haga la meditación sin zapatos. Quítese todos los accesorios, y si es de las personas que siente frío con facilidad, tenga con usted una cobija o sábana para cubrirse. También puedes vestir ropa deportiva para hacer yoga.

4. Use implementos para mayor comodidad y relajación. Recuerde que pasará en una misma posición varios minutos. Puede tener un mat o tapete de yoga para sentarse sobre él, un difusor de aceites esenciales, incienso o música relajante. También puede usar un cojín me meditación, para asentar su cuerpo sobre este. Si tiene algún problema físico que le impida sentarse, la meditación se puede realizar en una silla.

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Un zafu (i) o un difusor de aceites pueden ayudarlo. a estar más cómodo y relajado. Se puede meditar en una silla.

5. Siéntese con la espalda recta. Puede sentarse en el suelo o en una silla, pero siempre con la espalda recta. quiere ir hacia arriba, como la llama de una vela. Si está en el suelo, solo doble sus rodillas en la posición básica (ver foto de abajo) y ponga sus manos sobre sus piernas, en los muslos. Las palmas normalmente miran hacia arriba o hacen un mudra (gestos hechos con las manos para armonizar las energías).

Si está sentado en una silla, pose los pies sobre el suelo, sin cruzarlos. Si no tocan el suelo, solo manténgalos rectos.

6. Eduque su respiración. En la mayoría de meditaciones básicas, su respiración debe ser rítmica. Esto quiere decir que su inhalación y exhalación deben durar el mismo tiempo. ¿Cómo logra esto? Primero cierre los ojos y tome un par de respiraciones largas, para lograr quietud. Luego cuente mentalmente hasta tres mientras toma aire y hasta 3 al botarlo, sin hacer una respiración muy exigente, sino calmada. Si se pierde en el conteo, vuelva a comenzar. A medida que pasan los días, el conteo puede aumentar hasta llegar a 5 o 6.

7. Vaya poco a poco. Comience con una meditación de 3 a 5 minutos. Con el paso de los días, aumente tiempo a su práctica meditativa. Al comienzo sentirá sueño y hormigueo en sus extremidades, si es así, abra los ojos para no dormirse y muévase un poco para despertar su cuerpo.

Ejemplos de meditación

Meditación con una vela

Siga todos los pasos anteriores y además debe añadir una vela encendida y colocarla enfrente suyo. Mantenga los ojos sobre la llama de la vela, sin desviar la mirada. Mientras tanto, mantenga una respiración rítmica.

Luego, cierre los ojos y dibuje en su mente la imagen de la vela. Si no lo logra, abra los ojos y repita el proceso hasta lograrlo.

Cuando ya pueda reproducir la imagen de la vela en su cabeza, recuérdela parte por parte, empezando desde la llama, que simboliza la luminosidad y lo divino.

Imagine esa llama en su interior. Ahora será una luz más grande que se expande por su cuerpo. Visualice los haces de luz yendo en todas las direcciones, iluminando espacios oscuros y como, metafóricamente hablando, la luz hace desaparecer el miedo, la soledad y la ignorancia.

Puede meditar en la idea de que esta luz interior es exactamente la luz de la sabiduría y de la claridad que ilumina a todo el Universo. Como si interior es una imagen de todo el exterior.

Meditación en la respiración

Siga todos los pasos generales. Cierre los ojos y comience con la respiración rítmica, lentamente. Una vez que logre que sus inhalaciones y exhalaciones duren lo mismo, comience a fijarse en los detalles de su proceso respiratorio. Perciba cómo el aire entra por sus fosas nasales, la temperatura del mismo. Note las partes de su cuerpo que intervienen en el proceso: cómo se mueve su cuello, su pecho, el abdomen, el diafragma y los músculos. Sienta la temperatura del aire que exhala y sale más cálido.

Si su mente se distrae con alguna idea, solo deje que la idea pase sin alterar su práctica y vuelva a repetir el proceso.

Poco a poco verá cómo puede fijarse más atentamente en los detalles cuando respira, lo que le ayudará en sentir el cuerpo y lamente más ligeros.

Meditación en la indagación

Antes de comenzar, elija el tema en el que quieres profundizar en tu meditación.

Siga los pasos generales para meditar y si tiene otros pensamientos, déjalos fluir.

Ponga su atención en la sensación interior del ‘yo’. Puede hacer la pregunta: ¿quién soy? sin darse respuestas verbales, solo para estar consciente de ese interior.

Piense en el tema elegido. Fíjese en las sensaciones que le produce. Por ejemplo, si siente angustia, puede pensar en ello. Perciba cómo se siente, sin intentar reprocharse, culpar a nadie. Incluya en sus pensamientos las respuestas físicas que tiene su cuerpo al tema, en este caso, la angustia.

Intente hacerlo sin hacer juicios de valor ni sacar conclusiones aceleradas. Solo indague en lo que sucede. Cuando la mente investiga su naturaleza, puede ver que no hay ninguna mente y podrá liberarse de sus ideas y pensamientos. (I)