El océano tiene la capacidad de sorprendernos de todas las maneras imaginables. En altamar, los navegantes suelen observar cómo los espacios acuáticos parecen explotar de vida y agitación. “En una ocasión, la superficie marina parecía en ebullición. Eran como siete ballenas jorobadas y muchas otras especies (tiburones y hasta aves) que se alimentaban de una mancha inmensa de kril (pequeños moluscos); era lo más espectacular que había visto”.