Puertas cerradas, mesas vacías y temor resumen el ambiente desolador en los locales comerciales aledaños al lugar del atentado que conmocionó a Guayaquil y al país el pasado martes 14 de octubre.

Días después de la explosión que dejó un fallecido, más de veinte heridos y daños en varios edificios, el comercio de la zona permaneció con baja actividad, puertas abajo y clientes ausentes el fin de semana anterior. Algunos locales ya reabrieron y otros seguían cerrados.

La explosión frente a un centro comercial del norte de la ciudad acabó con al vida del taxista Wellington Benítez, hirió a 26 personas y dejó daños estructurales en al menos seis edificios, principalmente ventanales y fachadas.

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Comerciantes consultados confirmaron que el golpe económico fue inmediato. “El día siguiente no trabajamos; cuando volvimos, las ventas fueron pocas”, relató una trabajadora de un negocio de comida.

El local mantiene operaciones gracias a contratos externos. “Seguimos vendiendo porque atendemos a empresas asociadas y enviamos comida; así no paramos”, dijo.

Estimó que las pérdidas directas de los cuatro días posteriores alcanzaron entre $200 y $300.

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Aunque el lugar no sufrió daños internos, sí hubo afectaciones en estructuras del edificio contiguo.

El fin de semana se cumplieron labores de reposición de ventanales afectados en edificio de la av. Orrantia. Hubo resguardo de Segura EP. Foto: José Beltrán

“El local no, pero los vidrios de aquí arriba sí”, indicó la misma trabajadora, al describir el impacto del estallido.

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Otro testimonio apuntó al miedo como factor que frena la reapertura plena. “De a poco vamos volviendo a la normalidad, pero seguimos con temor. Fue horrible, estábamos justo aquí cuando todo pasó”, dijo una comerciante cercana al sitio.

Habitualmente, esta zona es muy concurrida durante los fines de semana, pero ahora el escenario no es habitual. “Normalmente los sábados hay bastante movimiento, pero ahora todo está vacío y silencioso”, comentó otra comerciante.

Las vías del sector han tenido aperturas intermitentes desde el viernes 17, cuando la ATM habilitó el flujo tras los peritajes iniciales. El fin de semana se volvió a restringir parcialmente la av. Orrantía, en sentido a Las Américas, el paso por nuevas diligencias.

Edificios como el 100 Business Plaza continuaron el fin de semana con reparaciones de ventanales. Los trabajos fueron visibles desde la calle mientras los pocos negocios que abren lo hacen con baja afluencia.

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Fuentes policiales confirmaron la participación del FBI en las investigaciones desde el mismo martes, como apoyo técnico.

El ministro del Interior detalló que había dos autos: uno estalló y otro, con carga explosiva profesional, fue neutralizado.

Sobre el ataque, un taxista amigo de la víctima dio un testimonio directo del momento. “Yo estaba grabando el incendio; me fui y cinco minutos después explotó. Las partes volaban y a él le cayó un pedazo grande”, lamentó con una herida visible en la oreja.

Mientras continúan pericias y reparaciones, el comercio intenta reabrir en medio de un clima dominado todavía por el miedo. (I)