Trabajadores de una fundación en Urdesa, norte de Guayaquil, han tenido que ingeniarse formas para mantenerse comunicados con proveedores y no dejar de recibir llamadas de donaciones, ya que se encuentran sin servicio telefónico, el cual lo utilizaban a diario para su jornada.

Este problema ha afectado a 300 clientes de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) que residen en Urdesa.

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Según cifras de la Fiscalía, hay 17 denuncias por robo de cables en el sector de Urdesa.

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Una colaboradora de la ONG, ubicada en la calle Todos los Santos, detrás de la iglesia La Redonda, comentó que el problema comenzó el pasado 7 de mayo cuando la línea dejó de tener tono.

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Ella dijo que al ser una institución, el 80 % de su comunicación era por teléfono convencional y ahora se han quedado afectados porque coincidió con la organización de un bingo solidario y no han podido recibir llamadas de los que compran o donan regularmente a esta institución.

Una de las trabajadoras comentó que ya están cansados de llamar, pues obtienen la misma respuesta: “El problema es por un robo de cables y estamos gestionando la reparación del daño”.

Este malestar también lo viven otros residentes de esa zona. Uno de ellos comentó que en el sector muchos prefieren comunicarse por esa vía.

“No todos usamos siempre el celular, muchos hacemos gestiones desde el teléfono convencional y no podemos hacerlas ahora, ya un mes que no tenemos tono en el teléfono”, lamentó uno de los residentes que prefiere mantener su nombre en reserva por seguridad.

Hay otros vecinos, en las calles Jiguas y Malecón del Salado, que indican que ya son cuatro meses que han tenido problemas con el servicio de las líneas telefónicas.

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“Ya son cuatro meses incomunicados en Urdesa, hemos hecho la gestión vía online, llamadas, aún no vemos cambios”, indicó.

Cuidadores de carros comentaron que como las calles quedan abandonadas en las noches, hay zonas oscuras y son aprovechadas por consumidores para llevarse los cables.

CNT informó que son 300 los afectados y que una vez que se realizó la verificación e inspecciones, personal técnico empezó un proceso de migración de la red de cobre hacia la red de fibra óptica.

Agregó que se inició con el cambio de 70 clientes a esa nueva tecnología y que se prevé que en los próximos días el trabajo concluya con los 230 restantes.

“Ya pedimos un control en estos robos, un alto, porque nos mantiene incomunicados hace más de un mes”, lamentó una de las vecinas. (I)