Un grupo de 50 prestadores médicos externos de distintas especialidades, entre ellas cirugía, odontología y cirugía general, se reunió para analizar la situación que enfrentan ante la falta de pago por parte del Estado.
Aseguran que, por falta de recursos, algunas clínicas tienen dificultades para atender a los pacientes que llegan, pues no cuentan con los insumos necesarios para realizar sus funciones.
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Roberto Gilbert, de la Clínica Guayaquil, comentó que siguen atendiendo porque es su labor médica; sin embargo, no siempre pueden recibir a los pacientes.
“No hay insumos, los proveedores no envían gasas, guantes, por falta de plata. El Estado solo nos reconoce el 10 % de las utilidades”, declaró el doctor.
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Ante esta situación, los profesionales se han visto obligados no solo a no atender a los pacientes, sino a reducir el personal dentro de las instituciones, lo que ha generado contar con menos personal para el servicio de atención en los centros.
Susana Rivera, quien es odontóloga de profesión y tiene la clínica odontológica Surian en Urdesa, indicó que tuvo que reducir a la mitad su personal. Ella mencionó que en su clínica se ha reducido cerca del 50 % del personal. “Tenía alrededor de 40 personas trabajando y ahora quedan solo 15″, expresó.
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Pide al Estado que se les pague a los prestadores, pues con esto pueden abastecer no solo las necesidades del servicio por parte de los pacientes, sino también del personal administrativo, personal de limpieza, médicos, etc.
“No tenemos para pagarles a los empleados; no tenemos para insumos”, indicó.
Otra servidora de la salud, Martha Alarcón, quien representa a dos clínicas, dijo que se reunió con el director provincial del IESS para entregar el contrato de una de sus clínicas, pues no puede seguir con el desfinanciamiento.
Ella dijo que 50 familias se quedan sin trabajo. “Lo que más me duele es que muchas familias se quedan sin trabajo”, comentó.
También solicita el pago adeudado para poder cancelar todo lo pendiente, al igual que los despidos realizados. Ella denuncia que todos los meses les prometen que les van a pagar, pero eso no se cumple.
También agregó que anteriormente estaban en las direcciones provinciales, lo que les permitía mantener contacto con coordinadores y directores para presentar sus quejas; no obstante, hoy todo está centralizado en Quito.
“Hoy nadie sabe nada. Reciben quejas pero no hay solución”, explicó la doctora.
Los prestadores analizaron la situación para decidir las medidas que adoptarán ante la falta de pagos. (I)