Decenas de vehículos circulaban raudos a las 15:00 del lunes 6 de diciembre a lo largo de las avenidas Quito y Machala, en su intersección con la calle Padre Solano. El ruido de los motores y los gritos de comerciantes informales ofreciendo sus productos eran constantes en esa zona.
En ese tramo está ubicado el parque Huancavilca, espacio público inaugurado en el año 2015, donde antes funcionaba el edificio del Ministerio de Agricultura y Ganadería, conocido como “la licuadora”. A esa hora, el sitio no tenía visitantes.
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El parque se extiende a lo largo de dos cuadrantes, entre las avenidas Quito, Machala, Manuel Galecio y Padre Solano. Está separado por la calle Alejo Lascano, por donde circulan unidades de la Metrovía.
Ambas partes del parque son unidas por un puente peatonal elevado, a la altura de Alejo Lascano.
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No obstante, en este espacio apenas estaban dos personas que indicaron colaborar con el mantenimiento y un guardia de seguridad. Un menor, utilizando una manguera, regaba el césped desgastado en un tramo de la calle Manuel Galecio.
En la zona del primer cuadrante, los accesos al parque estaban cerrados. Una puerta en el enrejado estaba cerrada con finos alambres, mientras que en el otro ingreso había un candado. El baño estaba cerrado. Un letrero alertaba de que se encontraba en mantenimiento.
En el segundo cuadrante, apenas una puerta estaba abierta para el ingreso de los visitantes. El guardia que custodiaba el parque explicó que, debido a la inseguridad en esa zona, se mantenían cerrados algunos accesos. Indicó que los visitantes pueden acceder al otro cuadrante a través del paso peatonal elevado.
Ciudadanos que habitan en barrios cercanos al parque manifestaron que consumidores de droga ingresan por las noches a ese espacio; además, en zonas cercanas hay robos. Por ello indicaron que durante varias horas, sobre todo en la mañana y tarde, en el parque no se registran muchos visitantes.
Stalin Caballero vive en la calle Padre Solano y Antepara. Comentó que hace varios meses intentó ingresar, pero no lo hizo para salvaguardar sus pertenencias.
“Había personas fumando droga afuera, dando vueltas. Iba con mi nieta, pero ya no entré”, manifestó Caballero.
“Por aquí siempre ha sido peligroso. Es un parque bonito, pero la inseguridad ahuyenta a la gente”, expuso Karen Fabre, otra moradora del sector antes mencionado.
Mario Espinoza labora vendiendo bebidas en las avenidas Quito y Machala, cerca del parque. Explicó que los fines de semana observa una mayor cantidad de personas. “Todos los días, después de las cuatro, viene la gente a hacer ejercicios. El domingo vinieron familias con alimentos; se vio bastante gente”, sostuvo el comerciante.
Sobre las aceras junto al parque se evidencian daños. Por ejemplo, una tapa de alcantarilla había sido robada en el tramo entre Padre Solano y avenida Quito, lo que genera peligro entre los transeúntes.
Varios adoquines dañados y montados sobre basura también se observan allí. Pasadas las 15:45, un individuo caminaba en los alrededores del parque consumiendo marihuana.
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“Pienso que deben haber más proyectos, actividades, eventos aquí en el parque. Las autoridades tienen que ver más a este parque para no perderlo”, agregó Fabre.
Dijo que iniciativas como recreovías o caminatas que se inicien en ese espacio público pueden ayudar a incentivar la llegada de visitantes de varias zonas de la ciudad.
Ellos coinciden en que las rondas policiales deben ser constantes en las calles que rodean al parque. En la calle Alejo Lascano y avenida Quito se han registrado robos a conductores de vehículos en horas de la noche.
También en la parte baja del paso a desnivel que cruza por la calle Manuel Galecio. En el parque de La Madre, ubicado a pocas cuadras, en Lorenzo de Garaycoa entre Padre Solano y Alejo Lascano, también se observan personas que pernoctan en los exteriores, entre ellos chamberos y consumidores. (I)