Ana Flores acostumbra, el mismo 24 de diciembre, a comprar su ropa para Navidad y para Fin de Año. Desde hace unos cinco años, comenta, es infaltable que reciba el nuevo año con alguna prenda en amarillo.
En 2023 vistió pantalón y blusa amarilla; en 2024, solo llevó zapatos de ese color. Para este 2025, la idea es recibir el año con vestido y zapatos del mismo color.
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“Yo sí creo mucho en las cábalas y no me ha ido mal todos los años que me he vestido de amarillo. Este año le dije a mi familia para que se pongan algo amarillo; parece que por fin me van a cumplir el deseo”, comentó la mujer, quien acudió a la Bahía de Guayaquil a comprar la indumentaria.
Otra de las que mantienen su tradición de vestir amarillo para recibir el año nuevo es Judith Nieto. La guayaquileña relata que su abuela era quien las obligaba desde niñas a ella y a sus hermanas a usar algo de color amarillo, rojo y de oro.
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Según las creencias de su familia, el amarillo y las piezas de oro atraían la fortuna y el dinero, mientras que el rojo mantenía el amor intacto.
“Mi abuela murió hace seis años, pero es una manera de honrarla el seguir lo que ella nos pedía cada fin de año. En Navidad también era pecado si uno no se vestía de blanco. De alguna manera la tenemos presente y eso importa”, cita.
En los locales del centro de Guayaquil, poco a poco las prendas amarillas empiezan a asomar en las perchas.
Las tiendas de ropa tienen espacios específicos para colocar blusas, vestidos y pantalones en color amarillo fuerte o pálido. De igual manera, distribuyen la oferta para Fin de Año con prendas que llevan lentejuelas o son metálicos. Daria Villafuerte trabaja en una de las tiendas de la calle Eloy Alfaro.
Hasta su local ya han llegado, sobre todo las personas mayores, a pedir vestidos o camisas en amarillo.
“La juventud busca más cosas brillantes o blanco. Son los mayores, las abuelitas o jóvenes obligados por sus padres quienes buscan el amarillo. Igual aquí tenemos las dos opciones”, manifiesta.
La oferta en los comercios va desde $ 5 hasta $ 50. Estos últimos valores aplican para conjuntos de tela.
Mariana Berrú es una comerciante informal que, pasada la Navidad, apuesta por vender ropa interior amarilla.
En el pequeño carro con el que recorre el centro tiene opciones de todo tipo, en especial para mujer. Los cacheteros, las tangas, los interiores faja y los invisibles son algunos de los modelos más demandados por las compradoras.
Según Berrú, los hombres también buscan ropa interior amarilla como cábala.
“Pareciera que no, pero ellos sí buscan bóxeres o calzoncillos. Algunos los compran con pena, con vergüenza; dicen que nadie se entera de que llevan su cábala el día de la quema de los monigotes. Ellos también se pegan un saltito y compran sus cositas amarillas para recibir el nuevo año”, señala Berrú.
En ropa interior, los precios son aún más bajos. Los comerciantes ofrecen artículos desde $ 1 y promociones de tres o cuatro prendas por $ 5.
En los corredores habilitados en las calles Capitán Nájera y Febres-Cordero, los vendedores ya exhiben su mercadería en color amarillo.
La oferta va desde camisas réplica de la Selección, la del Barcelona, camisetas con marcas reconocidas en la parte frontal y ternos de bermuda con camisa manga corta.
“Aquí hay precios módicos; esperamos que la gente venga ya después de que pase todo lo de la Navidad”, subraya Alexander Londoño.
Las ventas, tanto en los corredores navideños (que estarán hasta inicios de enero) como en la Bahía, se espera que despunten a partir del 27 de diciembre. Así lo señaló Celestino Moreira, comerciante.
“Recuperamos bastante clientela en Navidad; ahora, para Fin de Año, esperamos que sea más. Que la gente vuelva a creer en las cábalas, que se compren cosas para toda la familia”, menciona.
Una actividad que también ha impulsado la venta de artículos en color amarillo han sido los intercambios de regalos. La comerciante María Vizñay dice que para las reuniones por Navidad y para las que vienen por Fin de Año se continúa pidiendo artículos baratos y por docena.
“Que sigan esos jueguitos, porque ahora con el Fin de Año podemos ofrecer cositas baratas y ganar platita vendiendo cosas en amarillo”, señala.
Para el último fin de semana del 2025 se espera que la demanda de prendas se eleve. Los comerciantes se preparan. (I)