Al abrir la puerta de su hogar, en un sector del centro de Guayaquil, Wisam Fred Juez Juez recibe a sus visitantes con un saludo fraterno y permite el acceso a través de una escalera de mármol, en cuya base hay una alfombra con una leyenda implantada en el piso. Ahí dice, en árabe, “Ahla u sahla”, que se traduce en ‘Bienvenidos’.