Hace poco más de 15 años dejó de ser maestra, oficio que ejerció por 43 años. Tras jubilarse, Mercedes Lituma optó por quedarse en casa y vivir con la pensión que recibía.
En medio de la rutina de levantarse a cocinar, arreglar la casa y tomar uno que otro curso en línea optó por empezar a tejer, un pasatiempo que aprendió cuando era adolescente. También empezó a elaborar bisutería y coser pequeños adornos para la Navidad.
Primero regalaba sus creaciones, hasta que en junio de este año, por recomendación de una vecina, empezó a recibir pedidos.
Publicidad
Este domingo, luego de casi cuatro meses de haber emprendido este pequeño negocio, apostó por ubicarse en la 9 de Octubre, en la feria Vive Guayaquil que organizó el Municipio.
Más de 1.000 comerciantes se ubicaron a lo largo de la avenida, entre Lorenzo de Garaicoa y Malecón, para ofrecer una diversidad de productos, como ropa, calzado y bisutería, hasta artesanías, perfumería y juguetes.
“Es la primera vez que me arriesgo a ponerme en alguna mesita y vender mis cositas. No he vendido mucho, pero me siento útil y viva, nuevamente”, dijo la mujer de 69 años.
Publicidad
Carmen Veintimilla, de 66 años, tomó la feria como una ‘vitrina’ para exhibir sus artesanías en porcelana fría. Al igual que Lituma, también es jubilada. Ella trabajó por 36 años en el Hospital Naval.
Hace cinco años comenzó a elaborar sus manualidades con botellas recicladas, también a armar las denominadas “rosas eternas de tela”.
Publicidad
“Mi hija me dijo: ‘Mami, salga, venda sus productos’. Aquí estamos, siendo activos y ofreciendo todo con una sonrisa”, comentó la mujer, quien añadió que participar en este tipo de iniciativas le representa vivir como “una segunda etapa de vida, de trabajo”.
Entre los comerciantes que apostaron por la feria para exhibir sus productos están adultos mayores que recorren las calles del centro de Guayaquil vendiendo artículos varios y aquellos que nunca han tenido la oportunidad de salir a ofrecer su mercadería.
María del Carmen Tapia colocó en una mesa desde pañitos húmedos hasta velas y lazos para el cabello. Se trasladó desde Pascuales con ayuda de vecinas y miembros del Comité Pro Mejoras Unión hace la Fuerza.
“Tengo algunas cositas, quizá un poco desgastadas porque han estado guardadas, pero aquí estoy sintiéndome y viviendo feliz de ver tanta gente que llega”, manifestó.
Publicidad
Luis Tumbaco, de 75 años, recorre a diario los alrededores de la Bahía. Es comerciante informal desde hace aproximadamente doce años, luego de dejar su profesión de albañil por una molestia en la espalda.
“Uno aquí se siente útil, no se siente señalado, no se siente mal. Uno en estas ferias conversa con la gente y deja atrás a veces esa tristeza que da saber que uno va para viejo y no tiene oportunidad de surgir. Estas ferias a uno le devuelven la motivación y la fuerza”, comentó.
Guayaquil apunta a renovar su centro: obras clave y beneficios que esperan los vecinos
En el marco de los festejos octubrinos, el cabildo levantó esta feria con los emprendedores.
De forma simultánea a la llegada de las familias se colocó una tarima cerca de la plaza San Francisco para que los asistentes disfruten de shows artísticos y platos típicos de la gastronomía nacional.
A lo largo de la 9 de Octubre se desplegaron agentes de tránsito, de control municipal e incluso servidores policiales para vigilar el orden público. La feria está previsto que se desarrolle hasta las 18:00. (I)