Que se extenderán los controles contra la informalidad comercial que ocupa y obstaculiza los espacios públicos, como aceras y calles; y que también se sancionará a los formales que incumplen con las ordenanzas vigentes o que trabajan al margen de la ley, asegura Gustavo Zúñiga, director de Aseo Urbano y Mercados del Municipio de Guayaquil.
Esto como parte de los operativos que comenzaron la semana pasada para, afirma el funcionario, recuperar el orden en espacios públicos como en la Bahía y en zonas regeneradas del centro que estaban copadas de comerciantes informales y también para garantizar la seguridad y permitir que los comerciantes formales (legalizados y que pagan tributos) puedan trabajar con tranquilidad como habían pedido con anterioridad.
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Estos últimos incluso se quejaron y denunciaron al cabildo irregularidades que se registraban a diario como el cobro indebido (coimas) que hacían agentes metropolitanos a informales para permitirles instalarse y vender en espacios públicos de zonas regeneradas de la Bahía y del centro, así como extorsiones y otros problemas y delitos que se suscitan con venia de quienes debían garantizar el orden. Por eso, 42 uniformados municipales fueron separados la semana anterior, ya que se les habría comprobado (a través de videos, fotos, audios y otros) su participación en estos actos ilegales, se dijo.
Y hay más agentes metropolitanos y funcionarios en investigación a los que se les debe comprobar o verificar las denuncias que reciben a diario, sostiene Zúñiga.
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Estos controles diarios que continuarán en la Bahía se ampliarán a otros sectores del centro y de Guayaquil (norte, sur) de manera progresiva y tras el estudio de la zona e identificación de los problemas que se suscitan en aquellos sitios, se agrega.
A los comercios formales los controles incluso llegaron el fin de semana. Ahí, varios locales, entre estos, almacenes, distribuidoras, importadoras y tiendas de ropa, fueron clausurados, sobre todo por no tener la tasa de habilitación, que es el documento municipal que permite el desarrollo de la actividad económica de cada negocio o comercio.
El viernes 6, por ejemplo, fueron clausurados seis locales ubicados en calles como García Avilés entre Sucre y Colón; Chile y av. Olmedo; Huancavilca y Chimborazo, entre otras.
Estos se suman a los más de 1.000 locales y bodegas que previamente fueron cerrados por incumplir varias normativas (como estar en un espacio que no era para bodegas) y también por fomentar el comercio informal, según el funcionario.
Para la intervención y los operativos en la Bahía y áreas aledañas se hizo un trabajo previo que duró al menos seis meses, donde se clausuró también a estas bodegas o locales, agregó.
Y los controles y clausuras seguirán en esta semana y en los próximos días.
Zúñiga sostiene que tienen soluciones, con orden, con infraestructura, con estudios previos, para los informales que quieran regularizarse y dedicarse de lleno al comercio. Esto se anunciará en los próximos días, ya que si dicen con anterioridad las personas van enseguida a invadir los espacios públicos, incluso antes de que esté la obra lista como ha pasado en ocasiones anteriores, asegura.
Y expone que el problema de la informalidad no compete solo al Municipio, porque es un tema que incluso se ha hecho transnacional (con la llegada de migrantes extranjeros que también se dedican al comercio informal o ventas ambulantes). Y que evidencian a diario, en los recorridos, que hay vendedores ambulantes que no quieren respetar las normas, el orden y que se orinan o hacen sus necesidades biológicas en la calle, que generan basura, que irrespetan a los formales, a las autoridades e incluso a los usuarios.
Y a esto a su vez desemboca en otros males como la delincuencia, la explotación laboral, el tráfico de sustancias ilícitas (como las drogas), la prostitución y más.
Otro limitante con el que se topan, afirma, es que hay vendedores que solo salen por horas o por días y que no están interesados en regularizarse, en estar en un lugar fijo con más seguridades, sino que quieren seguir en la calle sin horarios o reglas que cumplir como ocurre en mercados o puestos municipales que ha creado el cabildo, dice. (I)