En el departamento de Alfredo Monserrate fue necesaria la compra de un aire acondicionado de 24.000 BTU (capacidad de enfriamiento) para refrescar la sala y parte de dos cuartos. En el inmueble había uno de estos aparatos (de menor capacidad) en la sala, que se solía encender solo cuando había visitas.

“Me tocó comprar un aire más grande y el que tenía pasarlo a uno de los cuartos de mis hijos, porque no se aguanta la calor”, dijo Monserrate, quien vive en la primera etapa de Guayacanes, en el norte de Guayaquil.

La demanda de energía eléctrica sube a niveles récord en Guayaquil ante altas temperaturas

El jefe de hogar adquirió el nuevo aire a mediados de abril, y en la planilla que recibió al finalizar el mes ya se le reflejó un incremento en el consumo: pasó de pagar $ 18 a $ 28, diez dólares adicionales a lo que estaba acostumbrado a cancelar por luz.

Publicidad

El incremento se explica en parte porque el aparato pasa encendido desde las 18:00 hasta las 09:00 del día siguiente, que es la hora en la que todos salen de casa para ir a sus trabajos y a la universidad.

Y es que, por la ola de calor en la que Guayaquil está inmersa, se ha incrementado el consumo per cápita (por cliente residencial) de energía eléctrica. Esto ha implicado que se dispare la demanda de energía y alcance niveles récord.

Este comportamiento, según la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), se arrastra desde abril, cuando se registraron lluvias intensas que obligaron a las familias a permanecer mayor tiempo en casa.

Publicidad

En el cuarto mes del año, en la Costa se experimentó un incremento aproximado del 8 % por cliente, comparado con los meses de febrero y marzo.

Solo en el invierno de 2023, en Guayaquil se ha elevado en un 6 %, en promedio, tomando en cuenta el mismo periodo de 2022. Pero, si se toma en consideración el verano de 2022 (de junio a noviembre), el incremento llega al 28,07 %.

Publicidad

CNEL explica, con base en el pliego tarifario actual, el incremento a través de dos escenarios.

Por ejemplo, para un cliente con un consumo base de 200 kWh en verano y con un consumo 30 % superior en invierno (de diciembre a mayo), la factura sube desde $ 19,48 hasta $ 27,03 (incremento del 39 %).

En el caso de un cliente con un consumo base de 500 kWh en verano y consumo 30 % superior en invierno, la factura sube desde $ 54,87 hasta $ 72,48 (incremento del 32 %).

Dentro de este último escenario está José Andrés Rizzo. Él vive junto con su familia en una de las urbanizaciones ubicadas en la autopista Narcisa de Jesús. En su vivienda hay cuatro acondicionadores de aire de diferentes capacidades, además de ventiladores y demás electrodomésticos.

Publicidad

Al finalizar abril pagó $ 115, unos $ 37 adicionales a lo que había cancelado en marzo. En ese mes consumió 670 kWh.

Uno de los factores que elevaron su facturación fue el incremento de carga que hizo a finales de marzo para colocar dos aires de 36.000 BTU en sala y dormitorio máster. En su vivienda se hicieron adecuaciones para habilitar una especie de estudio de arquitectura.

‘Sentimos que nos ahogamos de calor’: ventiladores y aires acondicionados tienen mayor demanda en la Bahía para aplacar altas temperaturas en Guayaquil

En Guayaquil se han recibido 352 solicitudes por incremento de carga durante el año 2023. Marzo y abril fueron los meses en los que más requerimientos de este tipo recibió CNEL.

Solo en ciudadelas del norte, como Guayacanes, Samanes y Garzota, el ingeniero eléctrico Rodolfo Córdova ha constatado al menos 20 viviendas y edificios en los que se han hecho extensiones de carga.

“La gente está desesperada por habilitar puntos para aires, para centrales de aire. Hay personas que están haciendo este trámite para poner ductos y ya no tener aires en cada cuarto, sino sistemas. Pero esa misma gente a veces desconoce y no tiene la lógica de pensar que, si incrementa carga, incrementa el valor”, explica.

Andrés Oquendo, expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha, señala que este tipo de solicitudes las hacen algunos clientes cuando el consumo de energía simultáneo sobrepasa la capacidad de los dispositivos de carga colocados en las casas.

En el caso de Guayaquil, por la utilización de más artefactos para refrescar los espacios y por largos periodos. (I)