Ya les había dado el COVID-19, no creen del todo en la efectividad de las vacunas y hasta porque tienen miedo a las inyecciones. Estos fueron los principales argumentos de ciudadanos mayores de 40 años que recién acudieron como grupo rezagado a buscar su primera inmunización en esta semana. Ellos lamentaron las filas que actualmente persisten en los vacunatorios en Guayaquil, que por cronograma reciben a la población desde los 16 años en adelante.