Evocación del pasillo

“Retrato de sol tan puro de la patria
¡Cómo no amar tu altiva fuerza heroica,
tu bandera de Octubre albiceleste,
pabellón de la gloria libertaria!

Ileana Espinel Cedeño (guayaquileña)

Hoy que arrancan los festejos en homenaje a la gesta del 9 de Octubre de 1820 que emancipó a Guayaquil y se expandió generosamente para liberar a toda la patria, también recordamos el natalicio en 1935 de Julio Jaramillo, sobresaliente intérprete de música nacional e internacional que dio el país, y celebramos el Día del Pasillo Ecuatoriano.

Si de compositores de pasillos se trata, hay muchos compositores como Jorge y Ángel Leonidas Araujo, Carlos Bonilla, Carlos Brito, Rafael Carpio, Miguel Ángel Casares, Segundo Cueva, Enrique Espín, Enrique Ibáñez Mora, Nicasio Safadi, Constantino Mendoza, Mercedes Silva, Benigna Dávalos, Gonzalo Vera, Carlos Rubira Infante, Carlos Silva Pareja, Carlos Solís Morán, Cristóbal Ojeda, entre otros.

En cambio, en la larga nómina de poetas y letristas de este emblemático ritmo musical de la patria constan Rafael Blacio Flor, Abel Romeo Castillo, Elías Cedeño Jerves, Alejandro Carrión, Lauro Dávila Echeverría, José María Egas, Vicente Amador Flor, César Maquilón Orellana, Emiliano Ortega, Ismael Pérez Pazmiño, Pedro Enrique Ribadeneira, Medardo Ángel Silva y la mexicana Rosario Sansores.

También es extensa la lista de pasillos y aquí apuntamos algunos: Romance de mi destino, Sombras, Manabí, El alma en los labios, Juramento, Sendas distintas, Cantares del alma, Ángel de luz, Lamparilla, Pasional, El aguacate, Guayaquil de mis amores, Cenizas, Endechas, Alma lojana, Rosales mustios, Esposa, Hasta cuándo corazón, Carnaval de la vida…

En cuanto a los aplaudidos intérpretes de pasillos no podemos olvidar a Carlota, Julio, Pepe y Mélida Jaramillo, Eduardo Brito, Liliam Suárez, Máxima Mejía; hermanas Mendoza Sangurima y Mendoza Suasti, hermanos Montecel, Miño Naranjo y Villamar, dúo Benites-Valencia y el trío Los Brillantes. El espacio es corto y los nombres inagotables; buen motivo para evocar lo nuestro. (I)