Sirvo de mentor a otros al compartir las lecciones espirituales que he aprendido.

Mi historia

El programa de los doce pasos ha reconocido desde hace tiempo el poder sanador de compartir nuestras historias. He aprendido que mi historia no es simplemente mía. Se supone que sea una contribución única a la comprensión del nuevo estado de conciencia que Jesús describe como el reino de los cielos.Un adagio de un programa de recuperación dice: “Solo somos tan enfermos como nuestros secretos”. Aquello que tememos compartir se torna en una oscuridad. No hemos de compartirlo todo, mas necesitamos estar dispuestos a hablar según el Espíritu nos guíe. La percepción divina nos hace sentir como los seres victoriosos que somos, y no como víctimas. Contar mi historia es una manera poderosa de compartir las lecciones espirituales que he aprendido.

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Juan 1:1

En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra. (F)