Si a algo temen los cocineros de MasterChef es al delantal negro, porque al portarlo su permanencia en el programa tambalea y no necesariamente es que sea un mal cocinero quien lo porta, sino que un mal paso en el proceso de la preparación o la presión les puede jugar en contra, porque como dicen los jueces, el último plato es el que se toma en cuenta y el que se juzga, aún cuando haya tenido una destaca participación anteriormente.