El pasado continúa atormentando a Luis Miguel (Diego Boneta) y le impide confiar en los demás, incluso en su mejor amigo, Mauricio Ambrosi (Fernando Guallar), cuando es acusado de haber contratado los equipos que fallaron durante la presentación en la que el artista sufrió una grave lesión de oído. “Mi padre era mi padre y me robó hasta que lo corrí”, le dice el Sol en medio de una discusión que abre el capítulo titulado ‘Entrégate’.

De regreso a 1994, el cantante comienza a ceder a las peticiones de su abuela paterna, Matilde, sobre pasar más tiempo junto a su hermano menor, Sergio, con miras a convertirlo en un exitoso cantante. A cambio, ella le promete no hablar con la prensa sobre la vida personal de Luis Miguel o de su familia.

“Este es otro ejemplo perfecto de cómo Luis Rey (padre de Luis Miguel) sigue vivo en la serie a través de Matilde, pero sobre todo a través de Luis Miguel”, comenta Boneta en el detrás de cámaras del episodio. “Queramos o no, nos convertimos un poco en nuestros padres”.

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Nuevos conflictos profesionales aparecerán cuando considere abandonar su disquera, liderada desde siempre por su fallecido mánager Hugo López (César Bordón), influenciado por Patricio Robles (Pablo Cruz). También, Luis Miguel tendrá un encuentro breve con Laura Pausini (interpretada por la actriz Augustina Quinci), quien ha declarado que se convirtió en fanática del mexicano luego de haber visto su actuación juvenil en el Festival de San Remo.

Además, aunque el intérprete tiene serias intenciones de avanzar en su relación con Issabela Camil (Camila Sodi), es evidente cómo su interés cambia de pronto hacia una periodista de MTV llamada Jessy (personaje que sus fanáticos ya identificaron con la modelo Daisy Fuentes, interpretada por Mariela Garriga).

La verdadera sorpresa del episodio llegará en los últimos minutos de la mano de Michelle Salas (Macarena Achaga) y Mauricio Ambrosi (Fernando Guallar). (E)