El peor día en la vida de Will fue cuando su queridísimo abuelo lo llevó de paseo al desierto que, décadas atrás, había cruzado como migrante mexicano rumbo a Estados Unidos. Resultó ser el momento más triste porque allí mismito, de pie sobre la arena caliente, el hombre que lo había criado murió en sus brazos de un ataque al corazón.