Todos tenemos una noción de cómo surgen los artistas. Algunos cosechan sus carreras desde la adolescencia, tocan puertas hasta que alguien escucha y promueve su música; otros son el resultado de cazadores de talentos o de reality shows. Otros son descubiertos en las calles o en las redes sociales. En fin, son muchos los orígenes. En cuanto a los artistas de k-pop, su concepción es más calculada y sobre todo extenuante.
Así deja ver el adelanto de un reportaje especial que ha preparado CNN sobre el exigente entrenamiento de aspirantes al k-pop en Seúl, Corea del Sur. El proceso es similar para todas las compañías de k-pop.
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En el breve vistazo, las aspirantes Amber Liu, Megan Moon y Min explican cómo es su día a día mientras cumplen el programa. La jornada no empieza tan temprano como una creería, pero sí se extiende hasta la medianoche en algunos casos.
A las 10:00, las chicas llegan al gimnasio y entrenan cardio durante dos horas, también siguen una rutina de ejercicios de tonificación. Durante la siguiente hora se se dedican a comer sus almuerzos. A continuación, deben tomar diferentes clases, entre ellas de coro, rap, baile y canto, entre las 13:00 y 22:00.
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Muchos aprendices aún son adolescentes, por lo que fuera de las horas mencionadas deben atender sus clases. Es decir, ir al colegio a partir de las 8:30 y luego hasta la medianoche.
El mencionado reportaje es dirigido justamente por la corresponsal de investigación senior Kyung Lah, con raíces en ese país. “Como coreana-estadounidense que creció en Chicago, nunca imaginé que mi lengua materna se transmitiría a través de plataformas en los EE. UU. como una industria multimillonaria”, dijo Lah, quien se involucra en el demandante programa cuando las aspirantes están a solo una semana de audicionar para el principal grupo ídolo del estudio donde se realizó el reportaje.
“Quiero que la audiencia de CNN va y experimente cómo sucede esto, a través de la intimidad de la lucha de los aprendices de k-pop. Son hombres y mujeres jóvenes más que perfectos de la era TikTok: son completamente humanos, algunos de tan solo 14 años, y tan vulnerables como los jóvenes fanáticos que los escuchan”. (E)