Un asesinato ocurre frente a tus ojos. La víctima: un excéntrico actor y doctor. Los sospechosos: todos en la habitación. El culpable: solo tú puedes descubrirlo.
Así comienza La última cena del Dr. Jouvin, la nueva propuesta de Scene Immersive, una experiencia teatral interactiva donde el público deja de ser espectador para convertirse en protagonista.
La obra, que se estrenó este 2 de agosto en Casa García (Samborondón), estará en cartelera con funciones este sábado 23 y domingo 24 en tres horarios: 15:30, 17:30 y 19:30. Las entradas tienen un costo de $ 20 e incluyen una copa de tinto de verano al finalizar la experiencia. Los cupos son limitados.
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Con una duración de aproximadamente hora y media, y ambientada en el año 2004, la historia lleva a los asistentes a lo que aparenta ser una elegante cena en honor al Dr. William Jouvin. Sin embargo, la velada da un giro inesperado cuando se comete un crimen.
Desde ese momento, los participantes deben trabajar en equipo, interrogar a los personajes, buscar pistas ocultas y conectar cabos sueltos para descubrir quién fue el asesino. Y lo más interesante: cada función puede tener un final distinto, dependiendo de lo que el público logre (o no) descubrir.
Un teatro donde el público actúa… sin ser actor
Detrás de la dirección y producción está Adrián Navarro, creador del proyecto Scene Immersive. Según cuenta, la compañía nació formalmente hace un año, pero se fue gestando desde mucho antes, en el marco de su proyecto de titulación. “Me nació esta necesidad de querer comunicar más allá en la escena, involucrando al público. Siempre creí que el público podía ser parte activa de la ficción”, explica.
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La idea de romper con el teatro tradicional, donde el espectador solo observa, motivó a Navarro a diseñar experiencias donde el público pueda interactuar directamente con la historia. La primera producción de la compañía fue La muerte de la señora Agatha, una obra también inmersiva presentada en Mansión del Río, que tuvo quince funciones completamente agotadas y un gran alcance en redes sociales.
La última cena del Dr. Jouvin continúa la narrativa de esa primera obra, situada cronológicamente diez años después. Es parte del mismo universo y comparte algunos personajes, lo que permite tejer una continuidad entre historias sin necesidad de haber visto la anterior para disfrutar la actual.
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El público como detective
Una de las claves de la experiencia está en el rol del público. Al ingresar, los asistentes deben formar grupos de tres, reciben libretas para anotar pistas, y se les explican algunas reglas esenciales: prestar atención, interactuar con el entorno, cuidar los objetos del lugar, no usar demasiado el celular y, sobre todo, sumergirse por completo en la ficción.
La obra no solo se construye sobre un guion, sino también sobre la improvisación y las decisiones del público. Esto representa uno de los mayores retos para el equipo actoral y de dirección. “El interrogatorio final depende totalmente de las preguntas que hace el público, y no sabemos cuáles van a ser. Puede salir muy bien o tomar un rumbo inesperado. Cada función es única”, señala Navarro.
Esta estructura hace que los actores estén preparados para improvisar y adaptar sus respuestas según el flujo de cada función. “En esta obra, el equilibrio entre guion e improvisación es fundamental. El trabajo que hicimos en dirección, junto con Michael Bravo, fue pensar en todas las posibles rutas que la historia podría tomar según las acciones del público”, detalla.
Más que una obra, La última cena del Dr. Jouvin se vive como un juego detectivesco donde los límites entre realidad y ficción se diluyen. Navarro destaca que muchas personas siguen discutiendo el caso aun después de salir de la función. “Nos escriben diciendo: ‘¿Y si el asesino fue otro?’, o proponiendo nuevas teorías. Eso demuestra que la historia se queda con ellos”.
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Al trabajar en grupos, se generan conexiones entre desconocidos que se unen para resolver el crimen. “Muchos se hacen amigos durante la experiencia. Eso también es parte de lo bonito de esta propuesta. No solo conecta al público con la obra, sino entre sí”.
El equipo de La última cena del Dr. Jouvin está conformado también por Michael Bravo en codirección, William Ortega como asistente de producción, Mariolix Santillán en logística y María Paulette Arévalo en dirección de arte. Juntos han trabajado para construir una experiencia que pueda adaptarse a distintos espacios y públicos. El elenco de actores lo integran Elian Villavicencio, William Ortega, Arianna Mejía y Camila Valencia, además de Navarro y Arévalo.
La obra ya tiene planes de expansión.
Además de extender funciones hasta septiembre (sábado 20 y domingo 21), Scene Immersive planea llevar esta experiencia a otras ciudades, como Quito o Cuenca, e incluso consideran su internacionalización. “Es una propuesta muy adaptable y queremos seguir contando historias. Quizás pronto venga una tercera parte”, comenta Navarro.
Por ahora, la invitación está abierta para asistir a una cena como ninguna otra, en la que los secretos están sobre la mesa… y el crimen, por resolver. (E)