Recién llegados a Guayaquil, los actores Carlos Valencia y Marco Bustos, dirigidos por Sebastián Cordero, retoman las vidas de Ángel y Salvador, los personajes a los que interpretaron en la ópera prima del cineasta quiteño de 1999, Ratas, ratones, rateros. Esta vez lo hacen sobre el escenario, en el auditorio del MAAC (Malecón y Loja).
Aunque es el estreno en Guayaquil, La misma sangre tiene más de 30 funciones en el país, varias de ellas con sold out, como en el Teatro Sánchez Aguilar de Samborondón en 2024, recuerda Valencia.
“La sensación que me ha dado, no solo en Guayaquil, sino en Quito, en Cuenca, en las ciudades en las que hemos estado, es que la obra funciona por sí sola”, asegura Bustos. “Alguien que no ha visto la película podría verla. Cuando empezó el montaje hicimos unos primeros ensayos en la Casa de la Cultura (Quito), con Sebastián”, recuerda. “Una especie de focus group con chicos que no habían visto la película y personas que sí la han visto. Y funciona muy bien, el público sale muy conmovido. Creo que es una obra muy actual, toda la gente se identifica mucho”.
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En La misma sangre, los primos se reencuentran para explicar no solo lo que fue de sus vidas después de los acontecimientos contados en la película, sino que retroceden para explicar cómo eran antes de esos sucesos, su niñez, su juventud. Es al mismo tiempo precuela y secuela, como explica Bustos.
“Es una obra tomada de una película que en su momento fue un hito cultural, trasladada a esta actualidad”, agrega Valencia. “Tiene ese tipo de retroalimentación, te provoca ver de dónde aparecieron estos personajes y qué ha pasado con ellos años después”.
Han pasado por mucho, confirma el actor manabita que interpretó a Ángel, el exconvicto de Ratas… que en La misma sangre parece no poder escapar a su suerte. “Pero paradójicamente, dentro de la narrativa, el tiempo y el contexto sociopolítico parece que no ha variado mucho. E incluso, creo yo, se ha acentuado”.
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“La gente no cambia, primo”, le dice cínicamente Ángel a Salvador, un cuarto de siglo después de su anterior aventura. Mientras que él ha encontrado su valor en ser temido, algo que equipara con el respeto, el segundo se ha empeñado en sobrevivir con su esfuerzo.
Estos personajes sí han cambiado, opina Bustos, el actor de Salvador, el joven que se vio involucrado en los problemas de su primo mayor. “Y esa fue una de las preguntas que hicimos con Sebastián al inicio del proyecto. ¿Qué sucedió con estos personajes? En algún momento él le puso al grupo (de chat) ‘Multiverso de Ángel y Salvador’. Y es por todas las posibilidades”. Sin embargo, agrega, el teatro se pone a prueba sobre el escenario, y había que probar esas teorías. Las ideas se convirtieron en improvisaciones teatrales.
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¿La relación entre ellos cambia? Pues tampoco esta vez tienen una ocasión feliz, los vemos en prisión, a causa de un motín carcelario.
Esta reunión llega por curiosidad de los involucrados, pero también a pedido del público. “Hubo muchas inquietudes e incluso reclamos sensibles de por qué no se ha hecho la segunda parte de esta película”, confiesa Valencia. “Se iban a cumplir 25 años y conversamos primero con Marco, después con Sebastián, viendo la posibilidad de rendirle un homenaje a este hito cultural. ¿Por qué no probar otro formato?”. Se reunieron, cuentan, a lo largo de un año, pero sin compromiso. “Veamos qué pasa”.
Se lanzaron a una experiencia que Valencia describe como más “artesanal”. “Creo que sí implicaba un reto, tener el mismo nivel poético que tuvo la película”. Es una oportunidad que no todo artista tiene, ‘desempolvar’ a un personaje después de tanto tiempo y hacerlo crecer, envejecer, recordar. “Ha sido una experiencia muy gratificante, no solo a nivel humano, sino profesional”.
“Estar con el Carlos y el Sebastián es espectacular, como estar en el mismo equipo con Ronaldo y con Messi”, ríe Bustos. “Todo va a estar fluyendo, pero tienes que estar con el nivel y trabajando bien para hacer este juego del teatro, de imaginar historias”.
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Valencia comenta que observaron que en Ecuador no se han desarrollado las interacciones entre el cine y el teatro. “Nos dimos cuenta de que en otros países generan industria creativa. ¿Nosotros por qué no? Y el experimento ha sido fantástico”.
La misma sangre, producida por Casa Cino Fabiani, se estrena en el auditorio del MAAC este jueves 23 de octubre a las 20:00, con funciones el viernes 24 y sábado 25 (20:00), y el domingo 26 (17:00). Las entradas están en Meet2Go. (F)