El cambio de año no ocurre al mismo tiempo en todo el planeta. Hay lugares donde el 2026 ya empezó, las copas se alzaron y los abrazos quedaron atrás, mientras en gran parte del mundo el 31 de diciembre sigue avanzando sin prisa.

La primera bienvenida al nuevo calendario sucede en Kiribati, un pequeño país del Pacífico que vive siempre adelantado al resto. En sus islas orientales, la Línea Internacional de Cambio de Fecha hace el truco y abre la fiesta antes que nadie.

Después aparecen Samoa y Tonga, donde el Año Nuevo llega cuando en otros continentes aún se revisan pendientes del último día del año. Desde allí, la celebración avanza hacia Nueva Zelanda, uno de los primeros países grandes en recibir el 2026.

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La ruta continúa por Australia, en especial en su zona oriental, famosa por inaugurar la madrugada del 1 de enero mucho antes que América. Desde Oceanía, el reloj empuja la fiesta hacia Asia. Japón y Corea del Sur ya dejaron atrás el 2025, seguidos por China y Filipinas.

El mapa del Año Nuevo parece una ola que recorre el planeta poco a poco. Algunos países despiertan estrenando calendario, otros siguen esperando la cuenta regresiva. El mismo día, distintas realidades, un solo cambio de número que avanza sin detenerse. (E)