Rey Ruiz no necesita presentación entre quienes han vivido al ritmo de la salsa romántica de los años 90. El intérprete de éxitos como Mi media mitad, Si te preguntan y No me acostumbro está de vuelta en Ecuador, país que conoce bien y donde afirma sentirse en casa.

La excusa para su visita es su participación en Latidos de la Salsa Fest 2025, que se celebrará este sábado 13 de septiembre en el Estadio Modelo Alberto Spencer de Guayaquil, junto con figuras como Grupo Galé.

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En conversación con este medio, el cantante cubano radicado en Estados Unidos desde hace décadas habló sobre lo que significa volver a Ecuador, su repertorio para el show, la evolución de su música y cómo ha logrado mantenerse vigente sin perder su esencia.

Ruiz afirma que el motor detrás de eventos como Latidos de la Salsa Fest es el público. “El público ávido que escucha salsa se encarga de eso, de invitar a los artistas, y luego los empresarios lo hacen realidad”, señala. Su presencia en Ecuador es parte de una relación larga y afectuosa con el país. “He venido tantas veces... a Guayaquil, Quito, Manta, Machala. Aquí tengo amigos. La última vez que vine fue hace unos dos años”, recuerda.

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Acaba de llegar al país, y como buen amante de la gastronomía local, ya tiene en mente su primera parada culinaria: “Quiero comer bolón. Me encanta. Se parece mucho a la comida dominicana, que también conozco mucho”.

Él confiesa que no siente miedo escénico, como otros colegas. “Yo me siento en confianza cuando subo a una tarima. Me preparo vocalmente, claro, hago mis ejercicios, pero ese momento lo disfruto completamente”.

Aunque comenzó su carrera como parte del boom de la salsa romántica en los años 90, considera que su estilo sigue fiel a sus raíces. “Lo que hago hoy se parece mucho a lo que hacía al principio. Hay reinvenciones, claro. Hace poco subí a Instagram un TBT de cuando hice un medley con canciones de Benny Moré en mi aniversario 15 de carrera”, cuenta.

Para él, la salsa sigue viva: “Esto es como la comida, el teatro, la pintura... parte de nuestra cultura. Nos montamos en ese tren de la salsa hace 30 años y ese tren sigue andando. Y vendrán más artistas. Yo lo veo como una identidad cultural que no se detiene. Nuestra idiosincrasia”.

Si bien tuvo grandes momentos en los 90, con discos como Rey Ruiz (1992) y Mi media mitad (1995), que lo convirtieron en estrella internacional, afirma que su mejor etapa puede ser esta. “Me parece muy interesante el momento que estoy viviendo. Se reconoce mucho mi labor. Me siento afortunado y respetado. Eso es lo que uno busca desde el principio”, confiesa.

Sobre los desafíos de mantenerse vigente, apunta que lo esencial es conectar emocionalmente con su público: “Poder llevarlos a un momento grato, recordar una historia, eso es lo que nos mantiene”.

Ruiz lanzó hace poco más de dos años el álbum Insuperable. “Ese fue mi último proyecto discográfico. Y siempre estamos trabajando en otro, quizás un sencillo, quizás un nuevo disco. Va muy bien, con buen paso”, comenta, sin dar demasiados detalles, aunque revela que sigue grabando en Estados Unidos.

A diferencia de otros artistas, no ha sentido la necesidad de incursionar en otros géneros ni forzar colaboraciones. “No me ha hecho falta. Si surge alguna fusión, bien. Pero la salsa que hago ha sido muy bien recibida. No hay apuro por cambiar”, afirma con serenidad.

Cuando se le pregunta qué lo motiva a seguir, la respuesta es inmediata: “El cariño de la gente. El entusiasmo cuando te ven, cuando te escuchan. Eso es lo que te llena de gasolina para seguir”.

En su memoria guarda cientos de momentos especiales con fanáticos, pero uno que destaca es el de una joven que lleva tatuado el rostro de Ruiz. “Para mí es un halago. Ella lo muestra con orgullo, y eso no se olvida”, manifiesta. (E)