Paul McCartney ha lanzado una canción “silenciosa” como parte de un álbum de protesta contra el uso no autorizado de obras creativas por parte de empresas de inteligencia artificial (IA).

Según informó este lunes 17 de noviembre el periódico The Guardian, el exBeatle forma parte del proyecto titulado ¿Es esto lo que queremos?, que reúne grabaciones sin música ni letra con el objetivo de presionar al Gobierno del Reino Unido para impedir que compañías tecnológicas utilicen material con derechos de autor para entrenar sus modelos de IA sin consentimiento ni pago a los artistas.

Lejos de melodías y estribillos, la pista apenas incluye un leve siseo y algunos ruidos apagados, una representación metafórica del posible futuro de la música si la propiedad intelectual continúa siendo explotada sin regulación.

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El periódico británico describe que, al igual que las mejores composiciones de McCartney, la pieza tiene un principio, un desarrollo y un final: comienza con unos segundos de siseo de cinta, continúa con un ruido vago que podría ser una puerta abriéndose y pasos en la habitación, para luego volver a intervalos de susurros y fundirse lentamente en el silencio.

Con 83 años y actualmente de gira en América del Norte, McCartney se incorpora a un movimiento creciente de músicos que buscan alertar sobre el impacto que el entrenamiento masivo de IA puede tener en la industria creativa.

“Tenemos que tener cuidado, porque podría descontrolarse y no queremos que eso ocurra, sobre todo para los jóvenes compositores y escritores, para quienes quizá sea la única forma de labrarse una carrera”, advirtió el artista. “Si la IA acaba con eso, sería realmente lamentable”, añadió.

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El álbum fue impulsado por el compositor Ed Newton-Rex, quien expresó su preocupación por que las autoridades británicas estén priorizando los intereses de empresas tecnológicas estadounidenses sobre los de los creadores.

La campaña ya reúne a destacados nombres de la música, entre ellos Sam Fender, Kate Bush, Hans Zimmer y Pet Shop Boys. La industria espera que este gesto simbólico, música sin música, logre que el gobierno intervenga para proteger la creación original antes de que, como sugiere la iniciativa, la música quede literalmente en silencio. (E)