Vivimos en una época en la que el concepto de volver a las raíces no suele seguirse al pie de la letra o quizás se usa para hacer referencia a estilos musicales relacionados con lo acústico y sencillo. Sin embargo, en esta ocasión, la agrupación de las comunidades quichuas Humazapas (@humazapas) ha decidido traer a la actualidad sonidos ancestrales que de principio a fin no son más que música ecuatoriana per se.
Publicado el pasado viernes, el álbum Sara mama cuenta con doce canciones y una duración aproximada de 43 minutos, que sin duda alguna tienen un concepto detrás. El colectivo no es solamente musical, sino que también involucra la danza en su trabajo. Esto hace que las melodías y los bailes expresen un sentido homenaje a la naturaleza, la humanidad y el mundo de las deidades. Este trabajo ha venido tomando forma desde hace más de una década y finalmente ve la luz bajo el seno del popular y respetado sello discográfico argentino ZZK Records, teniendo una edición en formato de vinilo disponible en la web de la disquera y en las redes del proyecto.
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En lo que a calidad y producción musical se refiere, Sara mama es impecable. Cada línea instrumental se percibe claramente, y el ambiente generado por ellas evoca aquellos aires andinos que resaltan en cada canción. Producido y compuesto por Juan Jesús Bonilla Simba, el disco fue mezclado por Paúl Cotacachi y Esteban Farinango, además de contar con la mezcla del reconocido DJ y productor ecuatoriano Nicola Cruz.
Desde mi perspectiva, un tanto lejos de ser música ecuatoriana independiente, ya que cuenta con el apoyo de una discográfica internacional, la labor de Humazapas es lo más ecuatoriano que he escuchado en mucho tiempo. Las raíces no solo asoman, sino que están latentes de forma obvia, y de cabo a rabo representan la música local en su totalidad.
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Debemos recordar de dónde venimos, y proyectos como este vienen para recordárnoslo. (O)