El Centro de Convenciones de Guayaquil fue el escenario de una velada inolvidable este sábado 6 de septiembre, cuando Juan Fernando Velasco presentó su proyecto más ambicioso hasta la fecha.

Julio eterno es su espectáculo sin precedentes que une el presente y el pasado de la música ecuatoriana mediante la inteligencia artificial y la tecnología de hologramas.

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Desde las 21:00, cuando Andreína Bravo abrió la velada con una vibrante presentación junto con sus bailarinas interpretando su éxito Bandolera, un cover de Si una vez, de Selena, y dos de sus más conocidos temas, el público ya anticipaba una noche única.

Pero fue a las 21:40 cuando el escenario vibró al máximo: Velasco, acompañado de su banda en vivo, apareció entre aplausos y abrió el show, que originalmente estaba programado para iniciar a las 20:30. “Qué feliz estoy de estar aquí. Gracias a todos de corazón. Esta es su noche”.

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El momento más esperado llegó con la aparición del holograma de Julio Jaramillo, fallecido hace 47 años, que cobró vida gracias a la inteligencia artificial. El público, visiblemente emocionado, rompió en aplausos al ver y escuchar al ídolo ecuatoriano cantar Cinco centavitos junto con Velasco, en una sincronía vocal impecable.

El público se mantuvo cantando, grabando con sus celulares y aplaudiendo con entusiasmo, visiblemente conmovido por la experiencia.

Pero Julio eterno fue más que un homenaje. Fue también una celebración de los 35 años de carrera artística de Velasco. El quiteño de 53 años interpretó varios de sus éxitos, como Nunca, No me perteneces, Atajitos de caña, Si alguna vez te amé y Déjame, reafirmando su lugar en el corazón de los ecuatorianos.

Durante el concierto, Velasco compartió también un momento íntimo con el público al recordar sus inicios en la música: “Todo comenzó cuando un amigo querido me invitó a ser parte de su banda. Ese grupo de amigos de la infancia, de la adolescencia me ayudaron a encontrar el camino de la música. Ellos son los TercerMundo”.

En otro momento especial de la noche, Velasco presentó a Javier Neira, cantante cuencano, a quien describió como una figura que representa lo mejor de las nuevas propuestas musicales ecuatorianas.

“Quiero decirles que esta noche tenemos muchos invitados. Claro, Julio es la estrella de la noche. Pero esta es una noche de celebración de lo que es ser ecuatoriano. Hay un amigo colega, músico, cantante de Cuenca que plantea una propuesta interesantísima desde lo que es el ecuatoriano que siempre está ligado a sus raíces”.

La noche se cerró con una ovación generalizada. Más que un concierto, Julio eterno fue un acto de amor al país, a su música y a su historia. (E)