Su cambio no solo fue personal. También musical. Farruko ha lanzado canciones con contenido abiertamente cristiano (anunció su conversión al cristianismo y su retiro de la música secular en febrero del 2022), con mensajes de fe y arrepentimiento. En lugar de hablar de fiestas, dinero y sensualidad, ahora canta sobre el perdón, el amor divino y la transformación interior.
Su propuesta no es tradicional dentro de la música cristiana. Conserva bases del reguetón, trap y dembow, pero con letras limpias, espirituales y hasta con sermones hablados en versos. Oriundo de Bayamón (Puerto Rico), Carlos Efrén Reyes Rosado, de 34 años, ya no busca llenar estadios para provocar euforia. Ahora quiere llenar almas con un mensaje de esperanza.
Publicidad
En medio de su participación en la reciente edición de los Premios Heat, en Medellín, conversamos con el intérprete sobre el nuevo rumbo que le ha dado a su carrera y su vida.
Publicidad
¿Cómo fue el proceso de soltar al Farruko que el mundo conocía?
Fue muy doloroso, como todo cambio. Después de que tú acostumbras a la gente a algo y llegas a ser una marca, cambiar la receta tiene unas consecuencias y una de ellas es el rechazo. Pero yo soy de las personas que creen que pueden reinventarse, y si es para bien, que así sea. Yo no conocía, quizás, mi propósito o cómo te explico, estaba detrás de tener una posición, un reconocimiento, hasta que Dios me enseñó que eso no es, que más bien tienes que estar bien por dentro y reconocer la responsabilidad que uno tiene, cuando tienes este nivel de éxito. No sabes a quién tú influyes, no sabes quién te sigue, hay que ser muy cuidadoso con tu arte y tu bendición.
¿Qué despertó en ti la necesidad de cambiar el rumbo de tu música?
Yo creo que fue madurar y el mismo Dios que le abre los ojos a uno y más que todo, mis hijos. Los seres más puros que hay en esta tierra son los niños y uno tiene que volverse niño para crecer como ser humano, porque a veces los entornos son tan tóxicos que nos contaminan y perdemos la vista, el sentido y el norte de quiénes somos realmente.
¿Cuál de tus canciones con mensaje cristiano sentiste como un testimonio personal?
Creo que fue la de Incompletos (ft. Onell Díaz, 2021). Fue la primera canción donde yo técnicamente doy un grito del alma y digo: Me siento incompleto en mi mejor momento. Esa fue la canción que despertó todo, porque fue donde mi alma realmente gritó.
Publicidad
¿Qué tan diferente se siente subir al escenario ahora sabiendo que tus canciones también sanan?
Es una bendición porque no tan solo sanan, sino que entendí que puedo hacer música sin tener que incitar a lo negativo y que puedo hacer música del mismo calibre de la que hacía antes sin tener que dañar o tener que ofender o tener que mencionar palabras soeces o tener que denigrar, o hablar de cosas que son estéticas o son vanidad.
Hoy yo entendí que puedo hacer música que la pueden bailar igual, la pueden cantar igual, la pueden dedicar, se pueden identificar sin tener que llegar a lo negativo, sanamente.
Publicidad
¿Sientes más libertad creativa al hablar desde la espiritualidad que desde el mundo urbano?
Al principio, te soy honesto, no, por el misticismo y ese dogma de que para ser música sana tiene que ser un lenguaje específico. Yo creo que más que las letras, hablan las melodías, tus intenciones a la hora de crear música. En el caso mío, la gente tiene que entender que no todas las celebridades crean.
Hay muchos artistas a los que les componen las canciones o que su mayor virtud es hablar frente a las cámaras o vender su físico. En el caso mío, soy músico, yo compongo mi música, produzco mi música y sé con qué intenciones la hago, de un tiempo para acá. Antes no sabía.
¿Cuándo tienes previsto visitar Ecuador?
Me encantaría, espero y sea pronto, hace tiempo no visito Ecuador. Tengo unos recuerdos muy lindos de cuando estuve en Guayaquil, cuando estuve en Quito; de verdad que es un público que siempre me ha apoyado y ojalá se dé la oportunidad de visitarlos. (E)