Este domingo del Día del Padre es un buen pretexto para hablar de uno de los libros más conocidos en la historia de la literatura, Matar a un ruiseñor (1960), de la estadounidense Harper Lee. Es una obra que presenta a un padre perfecto, convirtiéndose en una de las figuras paternas más icónicas de la palabra escrita. Una novela que incluso le valió un Premio Pulitzer a su autora.

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El libro tiene como protagonista al abogado Atticus Finch, un padre viudo que se desvive por sus hijos: Jem y Scout. Cuida de ellos en todos los sentidos, en el plano emocional, físico y mental. Su ilusión es criar a unos niños de bien para que crezcan como unos seres empáticos y solidarios.

La historia se desarrolla durante tres años en Maycomb, un pueblo ficticio de Estados Unidos, donde su hija Scout está a punto de empezar su primer año de escuela. Todo parece tener un buen semblante hasta que la vida de todos tiene un giro inesperado: un hombre negro es acusado de haber violado a una mujer blanca.

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Este acontecimiento despierta en Atticus una sed de justicia, pues se da cuenta de que esa acusación se desprende de los prejuicios raciales. Es así como este personaje decide defenderlo ante los tribunales y ante una sociedad de la década de 1930, marcada por la desconfianza, la ignorancia, la rigidez de los vínculos familiares. A todo esto se suma un sistema judicial que no da garantías a la población de color.

Portada del libro 'Matar a un ruiseñor', de Harper Lee.

Su posición de defenderlo no solo le causa problemas a él, que tiene a todo un barrio en contra; sino a sus hijos que son objeto de burla en la escuela, donde llaman a su padre “amante de los negros”. Es aquí cuando la inocencia se espuma y comienzan a conocer la maldad y el odio de la sociedad.

La historia es narrada por Scout. La autora del libro se inspiró en su familia y sus vecinos, pero también en un incidente que ocurrió cerca de su ciudad cuando tenía 10 años de edad.

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Matar a un ruiseñor fue adaptada al cine en 1962, bajo la dirección de Robert Mulligan. El filme, guionizado por Horton Foote, obtuvo diez nominaciones a los Premios Óscar. (I)