Generalmente una fractura es la ruptura de un hueso después de una caída, lesión, o pérdida de masa ósea. En el prólogo de Fractura primaria, la escritora María Auxiliadora Balladares dice que fracturarse como un gesto de apertura al mundo conlleva angustia y dolor, “pero resulta fundamental, porque lo que se fractura entra en movimiento, respira”. Es justamente lo que busca Roxana Landívar en su primer poemario, en el que expone a la escritura como un gesto de ruptura.

“Fractura es justamente eso, aprender a vivir con los cambios, las transformaciones, y saber que la vida es precisamente eso, abrazarla, y saber que en esas fisuras, en esos acontecimientos, en esos quiebres de la propia identidad o de las relaciones, o de las pérdidas afectivas está la vida”, expresa Landívar en una entrevista a este Diario.

“La vida es esto, transformarse a partir de las rupturas”, añade la autora de Fractura primaria.

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El título del libro, publicado bajo el sello editorial La caída, lo eligió antes de tener algunos poemas. “Desde el inicio cuando empecé a escribir, y desde que empecé a sentirme atravesada por ciertos poetas que leía, siempre estaba esta cuestión de identificarse con temáticas que eran del dolor y de estas preguntas acerca de la existencia”, sostiene.

Es así como, a través de la palabra, Landívar busca respuestas sobre el paso de la juventud a la adultez, el feminismo, la identidad y la propia escritura. “Fue reunir todos estos temas que me estuvieron obsesionando y preocupando durante todos estos años...”.

Muchos de sus poemas fueron escritos originalmente en servilletas, en lapsos de tiempo que le asaltaba al trabajo que tenía en Buenos Aires, ciudad de Argentina donde cursó la universidad. “En un bar donde trabajaba me encerraba en el baño y como que intentaba robarle tiempo al capitalismo, robarle tiempo a esos lugares que me estaban explotando”, dice.

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“La poesía es un arma que le puede servir a mucha gente que no tiene la posibilidad de sentarse a escribir una novela que necesita miles de horas y disciplina”, añade.

Su libro está segmentado en tres capítulos o apartados, el primero es ‘Fractura’, el segundo ‘Ciudades de cemento’ y cierra con ‘Retrato de mujeres rotas’. Este último espacio está inspirado en las mujeres que forman parte de mi vida. “Fueron escritos con mis primeras lecturas acerca del feminismo, con mis primeros pasos dentro de toda esta teoría que me revelaba un montón de cosas de cómo está construido el sistema. Entonces era un poco querer explicarme a mí, y querer explicar por qué a ciertas mujeres de mi familia o mujeres que me rodeaban les sucedían todas estas violencias”, señala.

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Se trata de un retrato a su madre, a su abuela, a las madres de sus amigas. “Era darle voz a estas historias y transformarlas en otra cosa. Es decir, obsequiarles una vida o una respuesta a las violencias que les sucedieron”, apunta.

«No sé por qué nos repetimos tanto el día ha sido tan largo y en el espejo me estoy deformando se me está cayendo la piel», escribe en Vejez, un poema que describe a su abuela. “Ella siempre ha sido una mujer muy nostálgica por las cosas que no hizo en su vida... el poema es sobre ella, viéndose en el espejo, viéndose envejecer, y siendo solo eso, la mujer de un hombre, y no pudiendo salir de ese lugar”, menciona.

Fractura primaria está cumpliendo un año desde que fue publicado en medio de la pandemia. “La escritura es un oficio muy solitario, el encierro no hizo mucha diferencia”, enfatiza la autora, quien dice que lo único que deseaba era que sus palabras circularan y fueran apreciadas por los lectores.

Su relación con la escritura se da al mismo tiempo de su deseo por hacer música, pues con su banda Nika Turbina trabajan actualmente en un EP. “Yo empecé a escribir justo porque quería hacer música, quería hacer letras de canciones y justo empecé a leer mucha poesía para eso”, cuenta.

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Fractura primaria se encuentra disponible en las librerías La casa morada, Tolstói Librería, Rayuela, Fondo de Cultura Económica Ecuador, Cosmonauta, Tres gatos y Palier Café Libro. (I)