Guayaquil es su ciudad natal. Sin embargo, el corazón llevó a Josefina Cabello a viajar hacia Estados Unidos para radicarse en Tennessee, donde ha formado una familia, junto a su esposo, Michael. En Ecuador, la enseñanza del idioma inglés era su actividad profesional. “Fui maestra en el colegio Politécnico, en el Santo Domingo de Guzmán, en el María Auxiliadora y fui maestra de inglés por muchos años. Cuando vine acá, me dediqué al área de ventas, pero no me acostumbré porque me gusta mucho ser educadora”, relata Mrs. Cabello, como la conocen sus estudiantes.
Hace diez años se trasladó a Estados Unidos y desde hace ocho es maestra en una escuela privada. “Nunca estuvo en mis planes emigrar hasta que conocí a mi esposo. Nos conocimos por internet y se dieron las cosas. Se dieron las cosas en el 2011, yo emigré acá y empecé a hacer mi vida acá en Tennessee. Mi esposo es de aquí de Tennessee. Nos conocimos en el 2008, son casi trece años que nos conocimos, tuvimos una relación a distancia de tres años, y ya cuando vine acá me propuso matrimonio. Ya tenemos diez años de casados”, comenta la compatriota. Tienen dos hijos, una niña de 4 años y un niño de 7.
Clases online y presenciales
La pandemia, afirma, modificó por completo su forma de enseñar el idioma español a sus estudiantes. La tecnología se volvió una herramienta imprescindible. “Tuve la suerte de que nuestra escuela fue muy flexible, hubo mucho rigor académico, pero también hubo mucho tiempo para pasar con nuestra familia y fue un proceso que supieron manejar muy bien en la escuela”, dice.
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En agosto comenzaron el año escolar. Las actividades enfocadas para el aprendizaje requirieron mejorar la conexión emocional con los niños y jóvenes. “Para ellos todo era nuevo, en mi caso, a mis chicos yo los veo una vez por semana, yo soy maestra de prekínder a sexto grado. Yo a mis alumnos los veo una vez por semana, por 40 minutos, entonces yo trabajé mucho en fortalecer esta relación emocional, de entenderlos”, detalla.
Con el retorno a los salones de clases, también se modificaron ciertas rutinas. “Para empezar, ahora tenía que ir con un carrito, de clase en clase, porque muchas actividades planificadas en el espacio físico ya no se podían hacer, actividades grupales ya no se podían hacer y otro cambio muy grande fue que todas las maestras aquí comenzamos a usar un micrófono, porque con la mascarilla no se nos escuchaba. Como no podía acercarme a los chicos, debíamos mantener nuestra distancia, usábamos una cámara para enfocar un documento y que pudieran verlo en el proyector”, menciona.
Otro de los cambios positivos de la nueva realidad educativa, en el establecimiento donde labora, son las llamadas de Zoom con personajes de la comunidad latinoamericana. “Para el mes de la Herencia Hispana tuvimos una compañera mía que vive en Perú, Eliana Romero, ella cantó un par de canciones para los chicos, y una bailarina folclórica de Colombia. De cierta manera, esto abrió las posibilidades para que los chicos estén más expuestos a la cultura. Eso fue una parte positiva”, añade.
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Importancia del español
A medida que sus estudiantes van avanzando en cursos, el tiempo que comparte con ellos aumenta. Los 40 minutos iniciales se convierten en una hora 15 minutos. “Los verbos son la parte más complicada de aprender para ellos. Se los dejo para cuando regresamos de nuestras vacaciones de primavera. Yo trato de enseñarlo en lecturas, lo vemos con canciones, con videos, siempre trato de que el lenguaje esté en contexto”, explica sobre sus alumnos con edades entre los 3 y 13 años.
Le gusta actualizar sus métodos de enseñanza. Lo que aprendieron sus alumnos hace cinco años, es muy distinto a lo que enseña ahora. “Ellos saben quién es Selena Quintanilla, te cantan Amor prohibido; sobre Frida Kahlo. Sobre Ecuador, a mis estudiantes les tengo un playlist de música ecuatoriana. Hay algunas canciones que ya se las conocen. A mí me gustan mucho enseñarles de la música ecuatoriana, me gusta enseñarles de Guayaquil, de mi ciudad, que aprendan sobre Juan Pueblo, sobre la ciudad, les enseñé sobre barrios típicos de Guayaquil, sobre leyendas del país. Soy muy orgullosa de mi cultura”, recalca.
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Los estudiantes de Cabello también conocen sobre la comida típica ecuatoriana “Les he contado de la fanesca, la guagua de pan, la colada morada, cebiches (...) Siempre me gusta explicarles sobre la cultura y detalles más allá de lo que está en los libros”, añade. “Ellos saben que existen los patacones”, dice.
“Ellos conocen sobre la música de AU-D, Pamela Cortés, Julio Jaramillo. Para Halloween, yo me disfracé de Paquita, y ella me retuiteó. Con Camila Pérez también me contacté. Muchos solo conocen de Christina Aguilera, Gerardo y CNCO y me gusta muchísimo compartir sobre ellos. Ahora incluimos a Gianpiero. Todas las canciones del playlist son apropiadas para los chicos. Ellos escuchan canciones, van aprendiendo verbos y conociendo palabras. Ahora poco vieron el video Pa´que quisiera, de Camila Pérez”, expone.
Blog personal
En este espacio online, Cabello comparte sus recursos educativos y culturales para que otros compañeros profesores puedan impartirlos entre su alumnado. Otro de los espacios digitales en los que Cabello está presente es en la plataforma TeacherspayTeachers, de la que forma parte hace cuatro años.
“Yo subo un recurso, y otra maestra, en cualquier parte del mundo, que compra lo que subo en la plataforma. Es como eBay, subo mi documento a esta plataforma, la persona interesada paga una cantidad determinada para descargarlo y ese monto me llega a mí”, explica. Este espacio sirvió de mucha ayuda para los profesionales de esta área, así como para padres, durante la pandemia.
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Libro
A veces en inglés a veces en español es el libro bilingüe que la guayaquileña ha escrito para la enseñanza de ambos idiomas. El proyecto de este texto arrancó en octubre del 2020 y fue en marzo de este año que salió a la venta en Amazon, a través de la editorial independiente Bookbaby.com.
El libro cuenta con ilustraciones de Andrea Salas y la editoría de Gustavo Negrón. El ejemplar narra las vivencias diarias de un niño en su hogar y familia bilingüe. Cabello revela que espera poder contactarse con librerías ecuatorianas para que su publicación llegue también a este país. (I)