La noche del 16 de junio de 1816, en medio de una tormenta, en Ginebra, Suiza, Lord Byron leía en voz alta una vieja antología de cuentos de fantasmas. Presentes estaban los esposos Percy y Mary Shelley, su hermanastra Claire, quien era amante del poeta, y el médico John Polidori, todos británicos. En la velada surgió un desafío literario, acordando que cada uno escribiría una historia de miedo para elegir luego a un ganador.

Hacia el otoño, Mary tenía el borrador de la obra que se convertiría en clásico de la novela gótica. Polidori, por su lado, escribiría El vampiro, obra pionera de género que inspiraría 80 años después la célebre Drácula del irlandés Bram Stoker.

Los Shelley habían visitado en Mannheim, Alemania, el pintoresco castillo de Frankenstein, donde existía la leyenda del alquimista Konrad Dippel que, obsesionado con la “cura” para la muerte, profanaba tumbas, robaba restos humanos y molía huesos a fin de mezclar el polvo con sangre que suministraba a los cadáveres en un vano intento de devolverles la vida. Sería la materia prima para moldear a su propia criatura.

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La criatura llegó a la pantalla en la famosa película de 1931, caracterizada por Boris Karloff. Foto: El Universo

El misterio de insuflar vida y ejercer domino sobre el imperio de la muerte ha sido un desafío humano desde tiempos inmemoriales. En la mitología judía y el folclore medieval asquenazí existe el Gólem, un coloso creado por el rabino de Praga en el siglo XVI para proteger su gueto y ocuparse del trabajo pesado de mantenimiento de la vieja sinagoga. De tal modo que el moderno Frankenstein tiene predecesores.

El lanzamiento de Frankenstein tuvo lugar hacia la Navidad de 1817, en Londres. El autor era anónimo, toda vez que Mary estaba consciente de las reacciones que produciría abordar un tema tabú en la sociedad puritana y chauvinista, marcada por los excesos de la Revolución francesa y también las guerras napoleónicas. La crítica resultó furibunda al atribuirle un presunto ateísmo. The Quaterly Review lo definió como una “trama de absurdidades horribles y repugnantes”. Uno de los pocos comentarios favorables provino de sir Walter Scott, uno de los novelistas más renombrados de habla inglesa, lo cual significó un consuelo para la escritora.

La trama se centra en Víctor Frankenstein, que realiza sus estudios universitarios de filosofía y ciencias en Ginebra, donde decide experimentar con dar vida a un ente, con restos de cuerpos inertes, objetivo que cumple luego de múltiples desvelos. Exhausto, enferma y al volver al laboratorio encuentra que el ser monstruoso ha desaparecido.

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Luego del misterioso asesinato de su hermano menor, se encuentra con la cosa en un gélido glaciar del Mont Blanc, quien reconoce haber obrado por venganza porque su creador jamás pensó en la condena que significaría para él vivir en soledad, toda vez que su sola presencia causaba el terror y repudio de todos. Apenas había logrado relacionarse con un ciego. Intenta convencerlo de que le cree una compañera, pero el doctor Frankenstein solo le da largas.

'Frankenstein ' (1931).

La represalia continuará con el asesinato de su esposa, en la noche de bodas, y después de su más entrañable amigo, al cabo de lo cual inicia una implacable persecución de la criatura, que adoptará su mismo nombre como una suerte de alter ego. El desafío termina en los confines del mundo, en el linde del Polo Norte, donde el inventor fallece de agotamiento sin consumar su revancha. En la escena final el engendro llora desconsolado sobre su cadáver, consciente de que su propia vida de perseguidor/perseguido perdía desde ese momento todo sentido.

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El texto es una trama de dilemas metafísicos que involucra a sus personajes; de aceptación y rechazo; de sufrimiento y venganza; de muerte y redención. Cuesta pensar que una mujer de apenas 19 años pueda haber urdido con tanta sutileza entresijos bien liados que envuelven y aprisionan, no solo a los protagonistas sino a la naturaleza humana misma, y, desde luego, al lector.

La autora Mary Shelley inspiró una homónima película estrenada en 2017 con el protagonismo de Elle Fanning (Mary Shelley), Douglas Booth (Percy Bysshe Shelley) y Tom Sturridge (Lord Byron).

Mary estaba destinada a ser una mujer adelantada a su tiempo, fiel a su linaje. Su padre era William Godwin, un filósofo que alcanzó notoriedad por su libro Justicia política, donde sostenía que la sociedad para ser verdaderamente libre debería rebelarse ante la opresión de la autoridad. En tanto que su madre, Mary Wollstonecraft, con su obra Vindicación de los derechos de la mujer, sería pionera del movimiento feminista europeo.

Y a pesar de que falleció a los diez días del parto por una fiebre puerperal, su hija, desde que tuvo uso de razón, se empeñó en leer todos sus escritos para aprenderlos de memoria y así honrarla.

Tuvo una infancia infeliz, toda vez que, al casarse nuevamente Godwin, mantuvo con su madrastra una relación conflictiva que la convirtió en una adolescente rebelde y fogosa. Pudo escapar de la mano del joven aristocrático Percy Shelley, que era un fiel admirador de su papá, con el inconveniente de que estaba casado y tenía un hijo. Debido a la notoriedad de ambos resultó un sonado escándalo; más aún luego de que la desairada esposa se suicidó.

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Para huir de tanto alboroto, se sumaron a una extravagante troupe organizada por lord Byron, que incluía a ocho enormes perros, tres monos, un águila, un cuervo y un halcón, que se radicaría en la Toscana, Italia. El vate inglés, que por entonces era uno de los hombres más célebres de Europa, necesitaba también escapar para dar rienda suelta a su bisexualidad, sin la condena moral de sus compatriotas que lo admiraban. Compartiendo gustos con Shelley respecto a la libertad, la poesía, los poetas griegos, Napoleón, y el rechazo a la hipocresía de Londres, entablaron una íntima amistad que estimuló el espíritu de emulación por parte de Percy, que se convertiría por mérito propio en figura literaria, aunque de forma póstuma.

En el afán de competir regateando compraron sendos yates para navegar en el mar Tirreno. A fin de aventajar a Byron, Shelley agrandó sus mástiles y velamen introduciendo un factor de inestabilidad en el bote con fuerte oleaje. Durante una travesía en el golfo de La Spezia sobrevino una tormenta que lo hundió, muriendo ahogado por cumplir 30 años. Sería cremado en una pira al estilo pagano.

La película 'Frankenstein' se basó en la novela de 1817 de Mary Shelley.

Mary se quedó con un pequeño hijo que hubo de criar sola, convirtiéndose en escritora profesional de éxito. En 1831 publicó, bajo su firma, una nueva versión de Frankenstein o Prometeo encadenado, que es la que actualmente conocemos. Al haber quedado atrás los escándalos que perjudicaron su imagen, esta vez el público la acogió con entusiasmo y crítica muy favorable.

Ante la posteridad, el personaje de ficción ha superado con mucho a su autora y al cabo de dos siglos Frankenstein continúa vigente y remozándose, acumulando múltiples versiones cinematográficas a partir del clásico de 1931 con el recordado actor británico Boris Karloff. (I)