En Guayaquil hay dos espacios (principalmente conocidos) dedicados a promover la lectura en los niños; su calidez, creatividad, y diversidad hacen de estos un lugar seguro al que todas las semanas quieren volver. La magia del mundo de los libros va a acompañada de otras actividades lúdicas que acercan a los más pequeños al arte y a la lectura de una forma natural y con acceso libre.

Libros divertidos de ciencia para los niños (y para los padres)

Sueños de papel

Todos los últimos viernes de cada mes en la sala infantil de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas se apagan las luces, se encienden las velas y se cuentan historias. Se trata de Cuentos a media luz, un espacio de recuperación de la tradición oral de los pueblos que forma parte del programa de lectura ‘Sueños de papel’, un espacio dedicado a promover la lectura y arte en niños de 3 a 12 años.

“Esta es una sala donde los niños pueden acceder a los libros de manera espontánea. Nosotros tratamos de que los niños descubran el placer del conocimiento... cuando el niño sabe que a partir de un libro va a conocer más y los disfruta, creo que tenemos la mitad del río cruzado”, expresa Rosa Pogo, coordinadora de eventos educativos del espacio.

“La lectura nos hace más libres”, dice Verónica Coello Game, una de las voces de la Mini Maratón del Cuento de Quito

La promotora sostiene que no solo se trata de un programa de lectura, sino de un programa de educación intergeneracional, donde tanto niños como adultos aprenden uno de otros. “Que mejor que la literatura sea el punto de partida para acercar a las familias y a ellos a los libros”, menciona.

“Hay niños que han crecido en esta biblioteca, que ahora son adultos que traen a sus hijos... la actual asistente era una niña que venía a sentarse en la sala a contar historias”, acota del espacio inaugurado hace 15 años.

El programa infantil está integrado por otras dos actividades como: ‘La hora del cuento’ y los clubes de lectura, que se lo realiza todos los viernes a las 16:00. “Lo que tratamos es que el niño le encuentre sentido a lo que lee, al lenguaje impreso, que pueda conversar sobre los temas”, menciona.

Además, cada cierto tiempo salen con el famoso ‘Vagón de los sueños’. “Nosotros salimos y vamos con una biblioteca a los sectores marginales”, indica.

Literatura infantil

Entre los más de 3 mil libros que tienen a disposición para los niños se encuentran obras de literatura ecuatoriana, latinoamericana, libro álbum, ilustraciones, literatura contemporánea y los clásicos.

Sumado a los espacios de lectura, realizan otras actividades como funciones de títeres, concursos de cuentos escritos por niños y talleres. “A partir de la lectura hacemos muchas otras cosas, abrimos el mundo de la cultura, el arte. A partir de la lectura hacemos escritura, representación, danza y más”, cuenta Pogo.

Cada sábado ese segundo piso de la institución es protagonizado por niños y padres. Al mes pueden recibir un promedio de hasta 50 personas.

Todas las actividades de ‘Sueños de Papel’ son gratuitas, puede conocer más información de su agenda a través del Instagram oficial de la institución @cceguayas.

La Ría

En la planta baja de la Biblioteca de las Artes, una colorida y armoniosa sala se roba las miradas de los transeúntes, mientras que en su interior todos los sábados niños de 4 a 14 años inundan el lugar como unos auténticos ‘come libros’. Es la sala La Ría, que hace cuatro años abrió sus puertas para acercar a los más pequeños al inmenso mundo de los los libros. “Los niños son públicos del arte, creadores y parte de la maquinaria cultural”, sostiene Ana María González, encargada del espacio.

Royal Magic Concert: acepte la invitación de Jazmín para viajar en familia a través de diferentes cuentos y canciones inolvidables

Según una encuesta realizada por ellos a los niños, el 80% dijo que acude al espacio porque se encuentran reflejados en las historias de los libros de la sala. “Aquí ellos encuentran historias con las que se identifican”, dice González. Por cada actividad pueden recibir entre 15 y 30 asistentes, mientras que al mes pueden ser 3 mil visitas, en promedio.

La sala custodia casi 3 mil libros, entre los cuales se puede encontrar autores locales, latinoamericanos y universales. “Nosotros tratamos de ofrecer mucha variedad, para todas las edades, no solo para lectores bien avanzados, sino también libros para que mamá o papá lo lean a un niños de seis meses, de 1 año o 2 años”.

También hay historias escritas por los niños, niñas y estudiantes. “Para nosotros ha sido clave para que las personas sientan que este espacio les pertenece...”, sostiene.

Además de libros también cuentan con materiales didáctico que permiten tener espacios en comunidad. “Nos reunimos alrededor de un rompecabezas a crear juntos”. La Ría tiene una mediateca, una amplia zona para jugar y tres escenarios para la danza, el teatro, el cine y la lectura.

Sala La Ría abre de martes a sábados de 09:00 a 17:00, pero los sábados son los días de mayor ruido, movimiento y concurrencia. “Todos sábados siempre van a encontrar un concierto, un taller, una presentación. Porque estas bibliotecas no son espacios calladitos, son espacios donde cantamos, bailamos, nos reímos... porque los niños tienen mucha vida”, afirma.

¿Cómo hacer que los niños se enamoren de los libros?

Leer un libro no debe ser algo forzado o con pasos estrictos a cumplir, la relación entre un niño y un libro debe ser natural y con cierto encanto. Es por eso que las promotoras dan algunas recomendaciones, para que los padres en casa también fomenten el amor por la literatura.

Lo primero que sugiere González es conocer a los hijos a través de los libros, y buscar obras que sean de su interés. “Muchas veces le quieren hacer leer Don Quijote, y hay niños que no les interesa o se sienten abrumados o les parece muy lejano a sus realidades. Quizás hay que buscar libros álbumes, que son libros que tienen muchas imágenes, donde la imagen dialogan igual que el texto...”, dice.

También es importante que los acompañen a la lectura. “Preguntarles qué sienten, conversar sobre lo leído. Los libros son obras de arte, y las obras de arte están ahí para generar conexiones, conversaciones y no solo para hacer una tarea”.

En tanto, Pogo considera que es vital formas seres críticos “para que los niños y las familias aprendan a leer el mundo, porque es lo primero que se lee”. “Los padres son los primeros libros sin páginas que transmiten a los niños lo que es la maravilla de la tradición oral, donde el niño escucha a sus padres cantar, contar historias, inventarse historias”, indica. (I)