El Palacio de Buckingham ha publicado los detalles oficiales del funeral de Catalina, duquesa de Kent.
El servicio católico se celebrará en la Catedral de Westminster, en Londres, el próximo 16 de septiembre a las 14:00 (hora británica), según un comunicado del palacio. El féretro de la duquesa reposará en la capilla privada del Palacio de Kensington antes de su llegada a Westminster.
Publicidad
El féretro llegará a la catedral el día antes del funeral, el lunes 15 de septiembre, donde se celebrará el rito de recepción y las vísperas la noche anterior a la misa de réquiem.
El rey Carlos y la reina Camila, junto con otros miembros de la familia real, se unirán al duque de Kent y a los miembros de la familia de la duquesa para el servicio del 16 de septiembre. Posteriormente, el féretro será trasladado en coche fúnebre al Cementerio Real de Frogmore, en Windsor.
Publicidad
“Las banderas ondearán a media asta en todas las residencias reales oficiales, ondeando la bandera de la Unión el día del funeral”, continuó el comunicado.
El servicio de Catalina marcará el primer funeral real en la Catedral de Westminster desde su construcción en 1903, y será el primer funeral real católico en la historia moderna. Catalina deseaba que su funeral se celebrara en la catedral, y los planes cuentan con el apoyo de la familia real.
La lista de invitados al funeral incluye a miembros de la familia real, la familia de la duquesa, amigos y representantes de sus organizaciones benéficas y afiliaciones al regimiento. El servicio será privado y no se retransmitirá.
Catalina, quien falleció el 4 de septiembre a los 92 años, estuvo casada con el príncipe Eduardo, primo de la reina Isabel. Tuvieron tres hijos: Jorge, conde de St. Andrews, lady Helen Windsor y lord Nicholas Windsor.
La duquesa rompió con la tradición real al convertirse al catolicismo en 1994, y se convirtió en el primer miembro de la familia real británica en formar parte de la Iglesia católica romana desde 1685.
En aquel entonces, según la BBC, Catalina encontró consuelo en la Iglesia católica mientras se recuperaba de sus problemas de salud mental y física.
“Me encantan las directrices, y la Iglesia católica te las ofrece”, declaró, según The Mirror. “Siempre he deseado eso en mi vida. Me gusta saber qué se espera de mí. Me gusta que me digan: ‘¡Irás a misa el domingo, y si no, te lo aseguro!’”.
La reina Isabel aprobó la conversión, y al duque y la duquesa de Kent se les permitió conservar sus títulos y su lugar de sucesión a pesar de la Ley de Establecimiento de 1701, que señalaba que solo los protestantes podían suceder en la familia real.
Catalina se retiró de la vida pública en 1996 para dedicarse a la enseñanza de música. En 2002 se alejó aún más de la familia real y dejó de utilizar el título de “su alteza real”, aunque continuó asistiendo a eventos familiares. (E)