Cuando Britney Spears se volvió más activa en su cuenta de Instagram (@britneyspears) después de que terminó su tutela, comenzó a publicar y eliminar fotos de sí misma desnuda.

Ya había subido fotos sugerentes de su espalda descubierta, o mostrando sus glúteos usando una tanga de baño, o de frente, cubriendo sus pechos con las manos, como hace desde julio del año pasado.

De un tiempo acá, las fotos fueron mostrando cada vez menos ropa y menos cubiertas. La primera de esas sesiones fue en uno de sus paseos playeros (que son varios, por cierto) en septiembre; luego otra sesión, recostada en la arena, cubriendo apenas su pudor con emojis de diamantes, como vimos en febrero.

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¿Preocupación o celebración? Los desnudos de Britney Spears en redes sociales dividen a sus seguidores

Más recientemente, sus nuevos carruseles de doce fotos desnuda, esta vez ocultando sus genitales con emojis de corazón y subidos todos este lunes, 9 de mayo, recibieron más reacciones que nunca. La opinión está dividida en extremos. Por un lado, sus seguidores se han mostrado preocupados, pues en más de una ocasión la cantante estadounidense se ha quejado sobre problemas en su salud mental.

Por otro lado, la misma cantidad de admiradores ha salido a defender sus publicaciones. “Juro que la gente olvida que (Britney) estuvo en una prisión diseñada por su padre durante los últimos 13 años. Extrañaba los años en que todos éramos terribles en Instagram y usábamos esos filtros cursis en la aplicación. Se siente ella misma. Déjenla ser“, tuiteó el usuario @mattxiv el lunes.

Liberada y empoderada

El año pasado la cantante explicó que sus controvertidas selfies eran un intento de recuperar su cuerpo, después de años de sentirse restringida, cohibida e impotente.

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“Apuesto a que se están preguntando por qué expondría mi cuerpo AHORA... Bueno, es porque nací desnuda y, sinceramente, siento que el peso del mundo ha estado sobre mis hombros... Quería verme de una manera más ligera... desnuda... como nací”, escribió en una publicación de Instagram, ahora eliminada.

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Carla Manly, psicóloga clínica y autora estadounidense, dice que decidir qué compartir (o no compartir) puede ser liberador para quienes fueron despojados de su autonomía.

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“Cuando se violan nuestros derechos y se nos quita la libertad de elección, es muy diferente a cuando tomamos una decisión consciente y personal de divulgar información u ofrecer una selfie, ya sea desnuda o no”, dice Manly. “Entonces, si Britney siente que este es su momento para tomar esta decisión, puede ser extraordinariamente enriquecedor, ya que ella está eligiendo activamente ofrecer esas imágenes”.

Pero es un proceso poco saludable

Es cierto que ella ha sido víctima por sentirse todos estos años encerrada, y por eso se siente liberada, pero se victimiza nuevamente al publicar este tipo de fotos, opina el psicólogo y sexólogo guayaquileño Rodolfo Rodríguez. “Al exponerse de esa manera, ¿qué está buscando comunicar, un empoderamiento con base en su cuerpo?”.

No es un proceso saludable, sostiene el especialista, por tres razones. Primero, por la forma en que lo hace, pues no expone su cuerpo en un modo erótico o artístico. En segundo lugar, porque es una figura pública, y un referente para varias generaciones, por lo que el mensaje que está dando se puede distorsionar, dando a entender que cada vez que alguien termina una relación, o sale de la casa de sus padres, debe celebrar con un desnudo. Para Rodríguez, es una responsabilidad que Britney, como artista, está evitando.

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Y, en tercer lugar, considera el experto, es un llamado de atención de que no ha procesado aún los conflictos que dieron lugar a la tutela en primera instancia, y la relación lesionada que mantiene con su familia, en especial con su padre, Jamie Spears.

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Los perfiles en redes sociales son otra cara de nuestra personalidad. Es lo que somos, pero que no necesariamente mostramos en nuestra vida personal y mucho menos en lo laboral. Y eso no está mal. Pero en el caso de Britney, ella rompe constantemente estos códigos por temporadas, por lo que no se aprecia una línea de salud, a diferencia de una persona que maneja responsablemente sus redes sociales y muestra una constancia de su comportamiento, incluso si desea comunicar un contenido erótico”, que al parecer no es la situación de la intérprete de Toxic, puntualiza el psicólogo Rodolfo Rodríguez.