El empresario Íñigo Onieva está en la mira de la prensa española luego de que se filtrara un video de él besando a otra mujer a solo horas de comprometerse con la marquesa de Griñón, Tamara Falcó, la hermana del cantante Enrique Iglesias.

Con el escándalo que protagoniza Onieva, toda la atención se concentró en su perfil como profesional y ahora cae más peso luego de que huyera a México, donde su padre, Iñigo Onieva le habría propuesto trabajar en el país azteca para alejarse de la situación, escribió Vanitatis.

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La vida de Íñigo Onieva antes y después de Tamara Falcó

Antes de conocer a la hermana de Enrique Iglesias, Onieva era diseñador de coches, según reza su perfil de LinkedIN, aunque en los últimos días esta información se puso en duda y solo se sabe que entre 2013 y 2017, trabajó en este sector.

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Comenzó en Turín, en Italdesing Giugiaro, regresó a Madrid y colaboró con Car Magazine. En 2016 trabajó para la casa Seat y de 2017 a 2018 volvió a Milán para ejercer como diseñador de automóviles en Zagato.

Luego, para finales del año 2020, Onieva conoció a Tamara y nombre comenzó a sonar en la prensa española, en la cual Falcó goza de muy buena popularidad. En primavera de 2021, la filial de Mabel Capital propiedad de Rafael Nadal, Abel Matutes Prats y Manuel Campos Guallar, Mabel Hospitality, lo nombró Business Development Director.

En esta filial se desarrollan y gestionan los diferentes conceptos de restauración del grupo, entre los que destacan el más reciente, Totó, o el clásico Tatel, icónico restaurante con sede en Madrid, Ibiza y Beverly Hills. Su vínculo con esta compañía también está en tela de juicio, ya que por lo acontecido, se mantiene al margen y no confirman si sigue con la empresa o ya no está.

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Currículo laboral del que todos ahora dudan

Onieva indicó en su perfil que ocupa el puesto de director artístico de WOW Concept, una empresa dedicada al diseño digital de lujo que, aunque existía como marketplace, abrió su primer local físico en la Gran Vía madrileña el pasado mes de marzo.

Además, desde diciembre del año pasado, Iñigo es imagen y relaciones públicas de Lula Club, una discoteca situada también en Gran Vía de la que durante meses se dice que es socio. De hecho, en su perfil de LinkedIn, afirma que es Partner & Creative Director, pero legalmente su nombre no aparece relacionado con esta empresa, solo que trabaja para la compañía y recibe sueldo.

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El exyerno de Isabel Preysler, durante sus dos años de relación con Falcó, decidió iniciar su propia aventura empresarial y en febrero de este 2022 abrió Meva Hospitality S.L, dedicada a “la explotación de salas de baile y discotecas, restauración, hostelería, organización de eventos e intermediación del comercio de productos diversos”.

En la empresa, él es administrador mancomunado, igual que su socio, Pablo Marín Gijón. Sin embargo, esta sociedad se terminó y se desconocen mayores detalles, solo que Gijón inauguró en agosto de este mismo año Ard Hospitality SL, una empresa con el mismo cometido, pero de la que es administrador único.

Por ahora, luego de que Preysler advirtiera a su exyerno para que se alejara de su hija, el empresario se refugió en México con su padre, un empresario respetado en la alta sociedad azteca y socio en una cadena hotelera madrileña. (E)

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