La salud del ser humano no solo se basa en el bienestar físico y emocional, sino también en el cuidado y mantenimiento de la diversidad de microorganismos que coexisten en el cuerpo. La nutrióloga Alegría Dávalos y la health coach Rosanna Queirolo, dos reconocidas expertas en el ámbito de la nutrición y bienestar, hablan sobre la relevancia de la microbiota.

Para empezar, es crucial entender que la microbiota abarca mucho más que solo bacterias. Es una rica composición de microorganismos que incluyen también parásitos, hongos y virus, y habitan en diversos tejidos del organismo. Esta comunidad microbiana, antes referida como flora bacteriana, no se limita únicamente al intestino. “Se encuentra en múltiples regiones, desde la piel y la boca hasta el tracto digestivo, y su densidad aumenta a medida que descendemos por el tubo digestivo”, relata Alegría.

La función principal de la microbiota es defensiva, protegiendo de agentes patógenos. En el tracto digestivo, además, participa activamente en la digestión de alimentos, especialmente de ciertas fibras que nuestro cuerpo no puede procesar adecuadamente por sí solo como las lentejas que “a veces caen muy pesadas”. En este contexto, Alegría y Rosanna enfatizan la importancia de alimentar a la microbiota adecuadamente para asegurar su óptimo funcionamiento.

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Una forma de hacerlo es a través de los prebióticos, que básicamente son el “alimento” de la microbiota. Estos se encuentran en fuentes naturales y ricas en fibra como avena, chía, quinoa, arroz integral, cáscara de manzana y brócoli. Estos ingredientes, además de ser nutritivos para nosotros, promueven un ambiente saludable para los microorganismos beneficiosos que habitan en el cuerpo.

Adicionalmente, el consumo de probióticos, que son microorganismos vivos que benefician nuestra salud, es altamente recomendado. Alimentos fermentados como el yogur griego, kombucha y kimchi son excelentes fuentes de estos, menciona Alegría.

La correcta alimentación y el cuidado de la microbiota pueden repercutir positivamente en nuestra salud general, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la digestión, entre otros beneficios. (E)