Luego de la abdicación de su madre, Margarita II, Federico X subió al trono y compartió con los cientos de asistentes que se dieron cita en los exteriores del castillo de Christiansborg, en Copenhague, su deseo de trabajar a favor del país. “Mi madre ha sido, como pocos, una con su reino. Espero ser un rey unificado”, expresó el nuevo rey en un breve discurso ante los daneses.