Familiarizados con su rostro, pero aún por conocerla, la ecuatoriana Claudia Salem Barakat es más que la esposa de Otto Sonnenholzner, actual candidato a la Presidencia de la República. La guayaquileña se dio a conocer por primera vez durante el gobierno de Lenín Moreno, cuando Sonnenholzner ocupaba el puesto de vicepresidente del Ecuador.

Transcurridos los años, Salem ya se encuentra en sus 40, pero sigue persiguiendo la pasión que tiene desde niña: llevar una vida sostenible. Como resultado de su interés por el medioambiente, en el 2015 Salem se convirtió en fundadora de Yo Siembro, una organización de innovación social que fomenta la siembra de huertos en casas y centros educativos para una educación ambiental vivencial.

Publicidad

Es una mujer sencilla, siempre con botas, un sombrero y un atuendo campestre, lista y dispuesta a ensuciarse las manos con tierra. Su estrecha relación con la naturaleza y el llamado a crear una organización que impulse una actividad amigable con el medioambiente la llevaron a la creación de @yosiembro, que en la actualidad cuenta con más de 200.000 seguidores en plataformas sociales, causando un impacto positivo en los niños, su principal grupo objetivo.

Ella es Lavinia, la esposa del candidato presidencial Daniel Noboa Azín

Salem es madre de tres. La intolerancia al gluten con la que nació su primer hijo, Otto, fue la razón que la llevó a hacer un huerto en el balcón de su casa. “Yo tenía que lograr que mi hijo comiera alimentos sanos, vegetales y verduras, así que compré una albahaca y la sembré con ellos en el balcón de la casa, y así empezó todo”.

Publicidad

La siembra se volvió la actividad familiar más importante. “Cada vez que venían los amiguitos de mi hijo a jugar se iban con alguna semillita o vegetales que se cosechaban en el momento y las mamás me llamaban a preguntar cómo lo había hecho, porque querían replicarlo en casa”, le contó en el 2018 a Diario EL UNIVERSO.

Ahora, Yo Siembro maneja una amplia comunidad de personas que también quieren involucrar a sus hijos en la siembra y la creación de huertos caseros.

Sembrar siempre ha sido la vocación de Salem, sin embargo se ha preparado en otros campos profesionales. Al graduarse del colegio Sek decidió seguir estudios en Ingeniería Biológica con una concentración en geología en la universidad Holy Cross, en EE. UU. Sin embargo, una de las materias que tomó la enamoró y la hizo cambiar de rumbo: se graduó de licenciada en Filosofía.

Con esos logros personales y profesionales conoció a Sonnenholzner con quien forma una familia de cinco. Juntos tienen en casa plantaciones de menta, rábanos, lechuga, zanahorias y más, pero también tienen una visión para el país, donde ella se muestra como su mayor admiradora: “Tienes mucha valentía, inteligencia y corazón”.

Las actividades al aire libre son su vitamina y Sonnenholzner la acompaña a todas sus aventuras: desde una excursión a las cascadas, pasear por las coloridas calles de la ciudad, explorar la Amazonía ecuatoriana y hasta agendar un domingo en familia para conocer la Aerovía de Guayaquil. (E)