Este 5 de noviembre marcó un nuevo capítulo en la carrera del actor ecuatoriano Ariel Zöller.
Ese día se estrenó Simplemente Alicia, producción de Netflix grabada en Colombia, en la que interpreta a Juancho, un estudiante extranjero amante de las fiestas, de carácter despreocupado y excesos impulsivos.
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Para él, este proyecto representa una vitrina profesional fuera de su país y la confirmación de que su trayectoria avanza en la dirección correcta. “Es un típico universitario extranjero fiestero. Le encantan los excesos y es algo irresponsable. Tal vez me parezco a él en lo fiestero, pero no en los excesos”, señala entre risas.
La experiencia, según cuenta, no fue difícil desde el punto de vista actoral, pero sí profundamente enriquecedora. “La pasé muy bien. Trabajar con actores tan reconocidos siempre es un plus. Aprendí bastante”.
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Ver de cerca el trabajo de talentos con amplia trayectoria lo conectó con un nivel de producción y exigencia que define como determinante en su desarrollo. “Es gratificante aprender de actores con renombre y de un equipo técnico tan sólido. Haber sido parte de esta serie es un paso más en mi carrera y me confirma que voy por un buen camino”.
Ariel comenta que el llamado para la producción llegó después de un casting que hizo en octubre de 2024: su mánager, José Rivera, le envió la oportunidad y él pidió ayuda a amigos y colegas para afinar la prueba. Relata que el casting salió de forma orgánica y que, cuando llegó la confirmación de que la serie sería coproducida por RCN y Netflix, la emoción fue enorme; para él fue la comprobación de años de trabajo que lo han sostenido como actor y cantante.
Durante el rodaje en el 2024, que comenzó en octubre y se extendió hasta diciembre, Ariel trabajó con un elenco que describe como generoso y profesional: actuó con Leo Deluglio, Felipe Barbetti y compartió escenas con Michel Brown y Sebastián Carvajal, nombres que, dice, le permitieron aprender mucho en el set.
Reconoce también el impecable trabajo del equipo técnico y la estructura de producción, y recuerda con humor las dificultades iniciales de adaptarse a Bogotá: llegó sin chip, vivió en un Airbnb y tuvo que ingeniárselas al principio, pero la experiencia y gente que conoció lo ayudaron a instalarse y crecer profesionalmente.
Un sueño que nació a los 13 años
La pasión por actuar llegó temprano. Ariel recuerda que desde que iba al cine con su familia imaginaba cómo sería estar en la pantalla. A los 13 años se lo confesó a sus padres y, lejos de desalentarlo, lo apoyaron.
Su formación se inició en el Centro Cultural Sarao y luego continuó en talleres con profesionales del teatro. Más adelante se especializó en la Universidad Casa Grande, la Universidad de las Artes, y se desarrolló también en musicales gracias a su versatilidad como actor y cantante.
Sus primeros pasos en televisión se dieron con producciones ecuatorianas como Minuto final y Sharon la Hechicera. Sin embargo, su necesidad de crecimiento fue más fuerte que la comodidad: en 2023 dejó Ecuador y se mudó solo a Colombia para buscar nuevas oportunidades.
“Todo lo bueno viene con una cuota de riesgo, pero era un riesgo que quería tomar hace mucho tiempo. Siempre me he visualizado en plataformas y en cine”, recuerda. La llegada a Bogotá fue tan desafiante como transformadora: nueva ciudad, cultura y un inicio sin contactos ni estabilidad.
Poco a poco se adaptó, encontró espacios de formación en la escuela Origen Films y fue sumando proyectos.
Una mirada sobre la industria local y actual
La experiencia internacional también le permitió reflexionar sobre la realidad del sector audiovisual ecuatoriano. Aunque destaca la calidad de muchos actores, muy reconocida incluso fuera del país, lamenta que los elencos nacionales no siempre reciban el espacio que merecen en producciones.
“Allá me dijeron algo en lo que concuerdo, que es que en Ecuador hay mucho talento, pero no está siendo valorado lo suficiente. Las producciones están priorizando que tengas más seguidores sobre formación y eso deja fuera a muchos actores”. Asegura que no se trata de desestimar el trabajo de creadores digitales, sino de comprender que cada disciplina requiere preparación. “Si quieres actores, contrata actores. No podemos dejar a un lado la calidad”.
También reconoce y aplaude a los creadores ecuatorianos que han demostrado que es posible hacer producciones con visión y alto nivel como Jorge Ulloa en Enchufe TV.
Presente y futuro
Con 31 años de edad, Zöller vive actualmente en Quito, ciudad que eligió tanto por proyecto de vida como por nuevas oportunidades artísticas. Además de actuar, trabaja como redactor creativo en una agencia de publicidad y continúa presente en las tablas.
Este diciembre protagoniza la obra navideña Elfos en huelga en Microteatro UIO, mientras desarrolla nuevos proyectos teatrales junto con su hermano Axel, también actor y cantante.
De cara al futuro, sueña con interpretar roles que le exijan emocionalmente. “Un papel protagónico sería un sueño, pero también me gustaría interpretar antagonistas fuertes”.
Por ahora, celebra lo que ha logrado y se muestra agradecido por cada paso recorrido. “Si un ecuatoriano triunfa afuera, es un mérito para todos. Si mi camino puede motivar a alguien a perseguir sus metas, para mí ya vale la pena. Ecuador tiene muchísimo talento”. (E)