Han pasado más de diez años desde aquella noche de noviembre en Moscú, donde la venezolana Gabriela Isler fue coronada Miss Universo 2013. Sin embargo, las dudas resurgieron esta semana luego de que Osmel Sousa, exdirector de Miss Venezuela y figura clave en la industria de concursos, revelara que la corona habría sido un “obsequio” gestionado entre bastidores.

En el pódcast Entre pelos, conducido por el estilista Ivo Contreras, Sousa relató una historia que, hasta ahora, se mantenía fuera del registro público.

Afirmó que un empresario ruso, vinculado al financiamiento del certamen celebrado en Moscú, prometió entregar la corona como parte de un gesto personal a una amiga cercana de Sousa, identificada después como Raquel Bernal. “Le regaló un diamante amarillo cuadrado y le dijo que también le regalaría la corona, porque él fue el que más dinero puso para que el certamen llegara a Rusia”, relató Sousa.

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El testimonio apunta a que, sin esa supuesta interferencia, el resultado habría favorecido a la entonces representante de Ecuador, Constanza Báez, quien finalizó como segunda finalista.

Entre los jueces de ese año se encontraba una lista diversa de figuras de la moda y la televisión, incluyendo a Irina Agalarova, Corinne Nicolas y Gabriel Rivera-Barraza, entre otros.

Las afirmaciones de Sousa, quien ya no forma parte de la organización Miss Venezuela desde 2018, no están respaldadas por pruebas documentadas. Gabriela Isler, por su parte, no ha respondido públicamente. Actualmente se encuentra esperando a su segundo hijo junto con su esposo, Alberto Figueroa. (E)