El fallecido Benedicto XVI será recordado como el primer papa en renunciar al puesto en 600 años. También se ha destacado por ser el único expapa que vivió al mismo tiempo que otro, mientras ese asumía el cargo. La existencia de dos papas causó mucho furor cuando Benedicto XVI puso su renuncia, provocando la realización de varias películas y obras al respecto.

Aunque muchos conocen de los logros que alcanzó durante su posición como Sumo Pontífice de la Iglesia católica, entre el 2005 y el 2013, hay algunos factores interesantes de su vida, que no son tan conocidos.

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Siguió viviendo en el Vaticano

Joseph Ratzinger, como es su nombre de pila, siguió viviendo en el monasterio Mater Ecclesiae, situado en el interior de los jardines vaticanos. Allí realizó su vida durante los últimos casi 10 años y vivió en tranquilidad, según indica su secretario, el arzobispo Georg Gänswein.

Entre las actividades regulares que realizaba en la Ciudad del Vaticano, Benedicto XVI, a sus 95 años, tenía un horario establecido que implicaba asistir diariamente y puntual a la misa de las 7:30 de la mañana que daba el monseñor Gänswein en la capilla del monasterio.

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A veces bajaba a Santa Marta, la residencia oficial de los cardenales y contigua a la Basílica de San Pedro, para almuerzos ocasionales con el Papa Francisco. Ya para las 19:30, paseaba por la gruta de Lourdes, una cueva artificial en los jardines vaticanos, antes de irse a dormir.

Cuando el Papa Emérito envejeció notoriamente, dejó de caminar por los parques y empezaron a trasladarlo en un carro de golf para que pueda rezar sentado, mientras cumplía con su recorrido diario.

Sus distracciones y actividades diarias

En sus 10 años de retiro espiritual, Benedicto XVI se mantenía ocupado con actividades varias como la oración, la lectura, la escritura y su refugio en la música clásica de Wolfgang Amadeus Mozart y la música sacra. Tras la eucaristía diaria, pasaba horas enfocado en sus libros y dentro de sus horas activo, econtraba tiempo para leer las cartas que recibía. Durante la cena aprovechaba para escuchar las noticias italianas y ver la televisión.

Todo esto fue antes de que su salud empeorara. En sus últimos años, se mantuvo dentro de su residencia, y solo salía para situaciones específicas. Ahora era el papa Francisco, quien lo visitaba a él. Una de sus salidas más nuevas y aunque se encontraba ya en sus últimos días, fue este mes de diciembre, para recibir a los ganadores del Premio Ratzinger 2022, donde se lo vio lleno de carisma todo el tiempo.

Aunque la mayor parte de su tiempo Benedicto XVI se mantenía pasivo, intentaba estar presente cuando se lo necesitaba. El papa Francisco recurría al monasterio donde su predecesor vivía para presentarle a nuevos cardenales. Su obligación más reciente con respecto a esto se dio en agosto, cumpliendo hasta el final momento con las funciones del cargo al que renunció hace una década. (E)