Revelan cómo es la vida de Pablo Lyle en prisión: de ser un galán de telenovelas a ser condenado por homicidio involuntario, así es como pasa el tiempo con sus hijos cuando lo visitan

La vida de Pablo Lyle en prisión es un drama que parece sacado de una telenovela, pero que es la cruda realidad de un hombre que cometió un grave error y ahora tiene que pagar las consecuencias. Desde el día que fue arrestado por golpear a un hombre que murió días después, hasta el momento en que fue sentenciado a cinco años de cárcel y ocho de libertad condicional por homicidio involuntario, el actor ha pasado por una montaña rusa de emociones, y es que le tocó enfrentar una realidad lejos de los reflectores y de su familia.Lyle, quien paga su condena en la Correccional Turner Guilford Knight, una prisión de mínima seguridad con capacidad para mil 300 reos ubicada en Miami, tiene una estricta rutina, explica El Sol de México. Según el medio, el actor tiene una rutina diaria en la prisión que empieza muy temprano con el pase de lista y sigue con las tareas de limpieza y cocina que le asignan.Además, puede salir al patio una hora al día y el resto del tiempo debe cumplir con las actividades que le ordenan, como las clases de manejo de la ira que le exigió la juez. Si no lo hace, se enfrenta a permanecer encerrado en una celda que no tiene ventanas.Su ahora expareja Ana Araujo, con quien tiene dos hijos, Mauro y Arantza, reveló recientemente en el podcast de Aislinn Derbez que ella y Pablo ya estaban en proceso de divorcio antes del incidente que llevó a Lyle a la cárcel, pero que decidieron posponerlo y apoyarse mutuamente durante el juicio. Sin embargo, ahora ya están separados, refiere Telemundo. “Pablo y yo ya estábamos en un proceso de divorcio. Ya habían pasado situaciones en nuestra pareja que ya nos había llevado, sobre todo a mí, a tomar esta decisión”, afirmó.Sobre su cambió de opinión expresó que no quería dejarlo solo. “Me parecía súper importante estar con él. No había manera de que yo lo dejara solo”, explicó.Araujo contó que la primera vez que llevó a sus hijos a visitar a Lyle en la cárcel fue muy impactante para los niños. “Fue muy fuerte para ellos, a Mauro le dio temperatura (fiebre), ahora entiendo que la temperatura es miedo”.También resaltó que con el tiempo los niños se han acostumbrado y disfrutan de las visitas, en las que “comen sopas maruchan y juegan Uno con su papá”.La situación también ha sido difícil para Araujo, quien tuvo que enfrentar problemas económicos y buscar la manera de salir adelante.Con su emprendimiento logró tener ingresos y mantener a sus hijos. Además, encontró una nueva pareja, con quien se siente feliz. (E)

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