En el centro comercial Buena Vista, km 1 de la vía Samborondón, se encuentra Georgios, un restaurante enfocado en comida mediterránea, que no es decir poca cosa.

El mar Mediterráneo ha sido, sin duda, el más importante en el desarrollo de la civilización y de su agricultura. Baña las costas de una veintena de países de tres continentes: Europa, Asia y África, en un recorrido similar en distancia al de Ecuador con Canadá.

Publicidad

Ha dado vida a las civilizaciones más importantes del mundo por cinco milenios: sumeria, acadia, asiria, babilónica, hitita, egipcia, minoica, macedonia, micénica, romana, otomana, etc. Y sus productos formaron las bases de la cocina europea, del Oriente próximo, del Norte de África y del Asia menor. Así, su influencia es inconmensurable.

La característica principal de esta cocina es su variedad: utiliza muchos vegetales, granos, carnes y grasas diversas, mariscos y pescados, lácteos, hongos, con técnicas ancestrales.

Publicidad

Georgios en su menú tiene platos griegos, chipriotas e italianos, sobre todo.

Una entrada perfecta es el dakos, tomate rallado, albahaca, aceitunas, queso feta y vinagreta sobre pan de masa madre. Feta es un queso con más de dos mil años de antigüedad, de oveja o cabra, fresco, procesado en salmuera. Una delicia que hay que importar, porque el de producción local deja mucho que desear.

La interpretación de Georgios del pasticcio se puede probar: carne de cerdo molida y condimentada con especias, tomates frescos, queso y salsa bechamel, así como el papoutsakia, berenjenas al horno con aceite de oliva, rellenas de carne molida y salsa bechamel.

Muy interesante el saganaki de langostinos, es una cacerola de vegetales asados, en pasta de tomate con langostinos flambeados con Ouzu griego (licor griego dulce) y queso feta.

Disfrutamos el bekri meze. Es una cacerola con cortes de bondiola, panceta y chorizo al vino tinto, con pimiento morrón y muy especiado.

Es una lástima que no tengan gyros de cordero. Probamos el de cerdo. Se prepara en un horno vertical, cortando finas láminas de carne, servido con pan pita. Similar al shawarma, con distintas especias y salsa tzatsiki, una delicia hecha con yogur, menta, aceite de oliva, pepino, ajo, limón y pimienta. Este es el plato más débil del menú de Georgios.

El maridaje para esta cocina es crucial. Una gaseosa o un jugo pueden destruir la experiencia. Nada dulce. Vino o cerveza, en su defecto, dos bebidas que nacen y se desarrollan en las influencias del Mediterráneo. Y Georgios tiene una selección impresionante de cervezas de todo tipo y gradación alcohólica.

El menú muy interesante, con un anfitrión preocupado por sus comensales. Teniendo este restaurante una variedad gastronómica tan grande que cubrir, su reto es el de innovar su carta para que su clientela pueda descubrir todo lo que esta cocina brinda. Recomendado. (O)